♣ 𝕯𝖊𝖕𝖗𝖊𝖉𝖆𝖉𝖔𝖗𝖊𝖘 𝕳𝖚𝖒𝖆𝖓𝖔𝖘♦(전정국) TERMINADA | BOOK 1

Capitulo 2

Ya eran las 3:00 am y la única luz que iluminaba era la del cuarto de Jeon que preparaba las cosas que esa noche utilizaría,

Sería una noche entretenida...

Guardó todos sus utensilios dentro de su ropa mientras también se encargaba de contar las balas que había en su arma. Preparó su cuchillo favorito y guardó varias navajas en sus bolsillos.

Su vestimenta era elegante; un hermoso traje negro de lana virgen junto con un saco de noche y nunca podía faltar sus típicos zapatos de charol. Se miró al espejo y volvió a cerciorarse de que nada importante se le olvidara. Caminó hasta la cama matrimonial que había en la gigante habitación y tomó su preciado accesorio.

Su máscara de conejo...

Aquella máscara representaba a Tokki, lo representaba a él.

Jungkook era el asesino más buscado del país, su captura era mundial, ¿Aunque quién sospecharía del presidente de la gran cadena de hoteles? ¿Quién sospecharía de Jeon? ¿Quién sospecharía del tierno conejito de Jungkook? ¿De esa carita angelical? Sin embargo había algo más. Algo lo había llevado a ser así, pero el no poder recordarlo, lo arruinaba todo.
Detrás de esa actitud tierna, se ocultaba un monstruo totalmente despiadado, un asesino en serie buscado por todo el mundo.

Sonrió para sí mismo antes de tomar la máscara de conejo y colocársela. Se acercó al gran ventanal que había, se subió por la cornisa y sin más se tiró: cabe decir que sus habilidades eran grandiosas, sus reflejos eran simplemente perfectos y sus habilidades de combate eran increíbles.

Aterrizó en el suelo como un gato; siempre caía de pie, jamás se lastimaba, ya que tenia una técnica oculta que lo ayudaba a no lastimarse o romperse algún hueso.

Observó por última vez su mansión y comenzó con sus caminatas nocturnas, debía dirigirse a una fiesta, no quedaba muy lejos, aproximadamente quedaba a unos treinta minutos, un poco de caminata lo haría nada mal.

Una suave brisa hizo que sus azabaches hilos danzaran con gracia y delicadeza, Jungkook parecía un chico que fácilmente podría ser pisoteado y manejado al antojo de uno como un títere, Jeon lo hacia a propósito, le gustaba jugar con las mentes de las personas y hacerles creer que eran superior a él ya que después llegaba el momento en el que caían en cuenta de que ellos fueron usados.

El titiritero era él...

Levantó la mirada y observó la gran mansión en donde la fiesta se había realizado, la música se escuchaba hasta afuera, los vidrios eran testigos de que la música que estaba muy fuerte allí adentro pues, estos temblaban como si en algún momento fueran a romperse a causa de la música a todo volumen.

El conejo comenzó a caminar hasta llegar a la puerta de la gran mansión, en la puerta se encontraba uno de esos hombres corpulentos y con cara de malos, mostró su invitación y lo dejaron entrar; una vez adentro, el olor a alcohol, cigarros y sudor inundaron sus fosas nasales causando que arrugara su nariz,

El olor era fuerte...

Se dirigió a la barra y pidió un buen whisky en las rocas. Antes de beber el whisky lo agitó levemente para suavizar el alcohol y comenzó a tomarlo lentamente, respirando para disfrutar aquella dulzura y su final amaderado. Mientras bebía aquél fuerte y dulce whisky, observó una cabellera rubia junto con una máscara bordada con piedras preciosas, era ella,

Su próxima víctima...

Se acercó a la hermosa joven susurrando algo en el oído de la rubia causando que la piel de la joven se erizara, JungKook era un maestro de la seducción, no se le haría difícil que esa joven caiga a sus pies.

- Has venido conejo.

Sonrió la joven con inocencia sin saber lo que le esperaría una vez dentro de aquella habitación.

- Es obvio que vendría Dasy, una hermosa joven me esperaba.

JungKook sintió asco al haber pronunciado aquellas palabras, no se sentía cómodo estando rodeado de muchas personas.

Él odiaba a la sociedad.

Volvió a susurrar algo en el oído de la joven ahora de nombre Dasy y ambos subieron las escaleras hasta llegar a la habitación número treinta y ocho. JungKook abrió la puerta dejando pasar a la joven primero, cerro la puerta detrás de él y observó como la rubia se sentaba en la cama.

La joven se sacó el antifaz dejando ver su delicado rostro con un maquillaje natural.

Vaya que era hermosa...

Él hizo lo mismo y sonrió a la joven. Se acercó a ésta y acarició su delicado cuello.

- JungKook...

La joven cerro sus ojos disfrutando de aquél contacto, tenía a un dios en frente de ella, emanaba una belleza inhumana, era hermoso.

Las manos del conejo se posaron en las caderas de Dasy y sin más, Jeon besó los labios de la rubia con delicadeza.

El que JungKook odiara a las mujeres, no significaba que no podía jugar con ellas, pasar el rato y luego deshecharlas o lo que él hacia

Matarlas.

Mordió el labio inferior de Dasy obligando a que esta abriera su lengua para que el conejo pudiera explorar la zona bucal de la joven.

Bajó el cierre del vestido de la joven para acariciar la fina piel de luna de Dasy que no llevaba sostén.
Besó el cuello de la rubia y bajó el vestido haciendo que éste cayera en el suelo. JungKook observó el cuerpo de la rubia, no tenia muchas curvas pero le haría pasar un buen rato.

Se encaminó con la joven en la cama y la poso lentamente para luego posarse sobre ella.
Una vez desnudos, JungKook entró en ella despacio, sus embestidas eran lentas y sin apuro, besaba sus labios, cuello y el nacimiento de los pechos de la rubia, la miró a los ojos

Y toda la ternura se fue al carajo...

Sus embestidas pasaron a ser salvajes, rápidas y profundas. Él no podía ser tierno con las mujeres. Ellas no lo merecían.

***

Se limpió las manos con un trapo para luego sacar fotos al cadáver de la joven que se encontraba tirada en el piso sin ninguna señal de vida.
La muerte de la joven había sido de los mas dolorosa, buscó la manera de torturarla una y otra vez de las miles de formas más dolorosas, sólo se detuvo cuando la joven dio su último aliento.

Una sonrisa de satisfacción se había asomado por los labios del conejo.
Colocó su máscara y salió de aquella habitación.

Había sido una buena noche...