Capítulo 38

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La noche era tranquila, en una habitación dormía la rubia. Sus padres habían salido y Mark últimamente no estaba en la casa, y tampoco iba a trabajar. Eso le preocupaba a Bae, pero estaba segura que su gemelo estaría bien.

Un ruido hizo que Bae abriera los ojos. <<Debe ser que sigo durmiendo>> pensó y decidió dormir. Sin embargo escuchó un crujido, seguido del cerrar de una ventana hizo que se olvidara de respirar por unos segundos.

¡Un gruñido!

Bae enseguida se levantó y buscó debajo de la cama de su hermano el gran bate de béisbol que tenía. A pasos sigilosos y con un miedo infernal se dirigió a los pasillos.

Un nuevo golpe seguido de una maldición se volvió a escuchar. El silencio reinó unos segundos.

La respiración de Bae se agitó; el miedo la había cubierto con su manto.

— ¿Quién anda ahí?

<<Otro gato>> pensó la rubia. Era una idiota, como si el ladrón o lo que fuese le fuera a contestar.

Unos brazos se aferraron a su cintura, Bae no dudó en gritar y alejarse de quién fuera lo que la había agarrado y comenzó a golpear al sujeto con el bate.

— ¿¡Quién mierda eres y qué quieres!? ¡No hay nada! — la rubia seguía golpeando y escuchaba los gruñidos. — ¡Ya... ve-te!

— Soy yo, maldición, soy yo — la persona empujó a la rubia y la acorraló contra el barandal de la escalera.

— ¿Qué mierda haces aquí JungKook? ¿¡Es que me seguiste!? — gritó la rubia. — ¡Menudo susto, imbécil!

El viento sopló haciendo que las copas de los árboles se mecieran y dejaran el paso de la luz de la luna a través de la ventana. La piel nívea del pelinegro parecía brillar en la oscuridad, sin embargo habían zonas oscuras. Estaba golpeado.

— Cierra la boca y no hagas ningún ruido. — el pelinegro soltó a la joven y se alejó. Un mareo lo atacó y cayó hacía atrás, haciendo un ruido ensordecedor.

— ¿Me dices a mí que no haga ruido? Si tu eres el primero en hacerlo. — Bae se acercó al pelinegro que se quejaba y lo ayudó a levantar. — ¿Es que estás drogado? Porque olor a alcohol no tienes.

Con dificultad lo encaminó hasta el baño. Prendió la luz de éste y lo que vio la dejó horrorizada. JungKook estaba lleno de sangre.

— No se te ocurra gritar. — ordenó el mayor. Estaba seguro que la mocosa gritaría. — Atraerás la atención de ellos...

— ¿Ellos?

JungKook observó el baño y parpadeó. Su vista se nublaba y volvía a la normalidad. Sin embargo, las figuras parecían deformarse. Caminó hacía atrás para chocar con la tina y caerse en esta.

Mierda — se quejó al haberse golpeado la cabeza.

BaeMin se acercó al mayor y lo observó bien. Estaba todo magullado.

¿Qué es eso...? — vio algo en el cuello de JungKook y lo sacó haciendo que el mayor se quejara. — ¡Una aguja!

— Es un dardo... Tiene una extraña droga. Seguro que por eso estoy medio idiota... — el pelinegro con dificultad agarró la aguja y abrió sus ojos a tope para después parpadear y hacer una extraña mueca. No era de sorpresa, sino que su vista no enfocaba las cosas.

— ¿Medio? Medio te queda corto. — Bae abrió la canilla de agua fría haciendo que el pelinegro se removiera incómodo en la tina. — A ver si con eso se te quita lo "medio idiota"

— ¡Hija de...!

Shhhh la rubia colocó su dedo índice en los labios del mayor. Sin embargo no contó con que este se lo iba a llevar a la boca. — ¡Oye! Eres un asno.

— Ven acá... — el pelinegro tiró a la rubia hacia a él haciendo que esta cayera encima suyo. Definitivamente JungKook no estaba lucido y no tenía idea de lo que hacía.

— ¡Está fría! — se quejó la menor e intentó levantarse. Sin embargo el pelinegro aferró fuertemente su manos a la cintura de la menor y la besó.

Bae no sabía que hacer. Nuevamente la había besado y nuevamente se había quedado petrificada sin saber que hacer. Sin darse cuenta, le correspondió el beso dejándose llevar por la experta boca del mayor. El pelinegro se removió en la tina y se acomodó bien él para hacer que la rubia se sentara encima de él y rodeara sus piernas alrededor de sus caderas. Estaban tan ensimismados en el beso que se habían olvidado por completo que la lluvia artificial caía sobre ellos.

El beso se hizo más intenso y las manos de JungKook picaban por querer tocar el cuerpo de la rubia. Sus lenguas jugaban entre ellas y sus dientes chocaban de vez en cuando pero eso no les importaba. Ambos seguían en su burbuja.

Bae sintió algo punzante debajo suyo y no tardó en darse cuenta que el pelinegro se encontraba excitado porque ella también lo estaba. Un gemido de la rubia fue ahogado por la boca de JungKook, el mayor había comenzado a restregar sus caderas con las de la rubia creando una fricción y sincronía perfectamente deliciosa para ambos.

Se separaron y comenzaron a jadear. Las fricciones seguían y ambos estaban en su mundo de excitación. La rubia dejó echar su cabeza hacía atrás y JungKook aprovechó el momento para dirigir sus labios al cuello de la menor. Apretó sus dientes y arañó la espalda de éste cuando JungKook le mordió el cuello y se encargaba de hacerle varios chupones.

<<¡Alto!>> le dijo la razón a Bae. Estaba por tener sexo Jeon JungKook ¡Un mujeriego probablemente gay!

— No. — la rubia se separó del pelinegro y se odió por haberlo mirado... Los cabellos negros del mayor estaban mojados, pegándose en su frente, junto con la camisa blanca, manchada con sangre y desabotonada pegándose a su torso, ¿Cuando le desabotonó la camisa? Su abdomen no era tan marcado pero tenía lo suyo y... ¡Diablos! Sus labios estaban rojos e hinchados, con una sonrisa que hacían a la rubia derretir como un helado en pleno verano. ¿Desde cuando comenzó atraerle JungKook? Negó rápidamente. No podía pasar eso ¿O sí?














♣ 𝕯𝖊𝖕𝖗𝖊𝖉𝖆𝖉𝖔𝖗𝖊𝖘 𝕳𝖚𝖒𝖆𝖓𝖔𝖘♦(전정국) TERMINADA | BOOK 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora