Capítulo 50

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— Ahora necesito que investiguen el brutal asesinato en el sótano de Cheongwadae... — decía un canoso mientras le daba la última calada a su cigarro. —
— Xiao, ¿Has estado investigando? — le preguntó al de bata blanca.

Las pieles de las víctimas fueron encontradas entrelladas en la pared sin ningún órgano, músculo o hueso. Como si hubiesen estrellado huevos y sólo haya quedado la cáscara pegada a la pared... Siguen como NN ya que aún no se sabe la identidad de ninguna. — el forense sacó de su portafolio una carpeta con fotos y se lo lanzó al canoso.

— Oh, Dios mío, ¿Cómo se pudo haber cometido algo tan macabro?

— Muchos de nosotros hemos vomitado por ver aquello. Fue impactante. No se lo deseo ni a mi peor enemigo. — Xiao acomodó su espalda en la silla giratoria y miró la lámpara de techo. —  Ya pasaron dos semanas y aún no sabemos como murieron aquellas personas.

— Esto es muy raro, Bangtan no sería capaz de hacer eso, ¿O me equívoco?

— Nunca se sabe, puede que haya sido Tokki. Desde aquél ataque en La Casa Azul no han habido señales de él, Señor Kang. — el pelinegro tomó las fotos y con cuidado las acomodó en el folio para meterlas en la carpeta y finalmente guardarlas en su portafolios. — ¿JungKook ha quedado fuera de la mira, verdad?

El canoso asintió para después levantarse y ponerse el saco de vestir que estaba en su silla giratoria.

— Jeon JungKook no es. Hasta el fue herido y todos pudimos ver perfectamente que no es Tokki.

— Pudo haber sido un plan ¿No cree? — el pelinegro se levantó también y puso sus manos detrás de su espalda.

— Si fue un plan, fue perfectamente elaborado. Creo incapaz de que Jeon haga tal cosa.

— No debe subestimar a JungKook, señor Kang. La astucia es uno de los mejores dotes de él.

— ¿Qué dices Xiao? Hablas como si lo conocieras. — el canoso fruncio el ceño extrañado.

No, no — el pelinegro negó con las manos y la cabeza y suspiró. — Me he explicado mal. Sólo lo decía porque desde pequeño se ha encargado de la empresa que heredó de sus padres. Es muy inteligente para tal cosa, por eso cómo no ser inteligente para elaborar aquél plan.

•••×•••

— JungKook, ¿Podrías dejar ese celular por un momento y venir a ayudarme?

El pelinegro dejó de ver su celular y rodó los ojos ante el pedido de BaeMin. Esta última sostenía tres cajas con dificultad y JungKook decidió levantarse del cómodo sillón para cargar con las cajas de la pelirrosa.

— ¿Cuántas cajas son? Tengo asuntos más importantes que hacer. — preguntó de mala gana y se dedicaba a subir las escaleras con BaeMin siguiéndole desde atrás.

— ¿Por qué actúas así? Hace dos semanas que estás insoportable.

JungKook se detuvo en el último escalón y se giró para fulminar a la menor esperando acabar con su vida con solo una mirada cargada de odio.

— No es de tu incumbencia.

— Pues bien. Por mí muérete, sólo eres un idiota con complejos de mujer en plena menstruación. — y tras esas palabras, BaeMin se adelantó dejando al pelinegro rojo de la cólera.

Últimamente su paciencia se acababa rápido debido a que no estaba durmiendo bien  a  causa de las pesadillas que estaba teniendo últimamente.

— Creo que la que debería morir es otra y precisamente en mis manos...

•••×•••


Justamente cuando Bae pensaba que JungKook se había hecho más abierto con ella, de un día para otro volvió a ser ese chico frío, gruñon y reservado. Ya se estaba hartando de la actitud bipolar de JungKook, pero sabía que nada se podía hacer debido a que el pelinegro era bipolar y para sumar más problemas a la ecuación también era esquizofrénico.


— Ay, ¿Qué se supone que haré con ese chico? Es tan... — rápidamente calló lo que iba  decir y decidió cambiar la palabrota que iba a decir. — Estúpido...

BaeMin se tiró de cara en su cama y se quedó pensando. Muchas cosas habían pasado desde que conoció al pelinegro. Su miserable vida monótona terminó teniendo hasta cierto punto algo de adrenalina.

Para empezar, jamás se había acostado con nadie más aparte de E'dawn, ella hacia el amor con aquél rubio aunque éste sólo la usara. Tampoco había estado en un lugar en dónde pudo ver a todos los asesinos más peligrosos de Corea y habían estado en el mismo lugar. Y nunca tuvo que fingir una relación para tratar de darle celos al hombre que amaba.

Tal vez no era tanta la adrenalina, pero jamás había hecho esas cosas.

El celular de la pelirrosa había sonado por lo cual se acomodó en la cama de boca arriba para alcanzar el bolsillo de la campera Puma de TaeHyung, esa que en la capucha tenía un tiburón y era camuflada.

Aquél peligris amaba esa campera y Bae estaba segura que si TaeHyung la viera con la campera, éste la mataría.

BaeMin enrojeció al ver que era un mensaje de aquél rubio. Siempre causaba eso en ella.
Las manos de la menor empezaron a sudar frío desde el momento en que leyó el mensaje.

"¿Tienes un momento?"

¿Qué le diría? No sabía que responderle. Le hubiera gustado decirle que sí, sin embargo recordó algo que la hizo llorar mucho.

"

¿Shin Hye no tiene un momento para ?"

♣ 𝕯𝖊𝖕𝖗𝖊𝖉𝖆𝖉𝖔𝖗𝖊𝖘 𝕳𝖚𝖒𝖆𝖓𝖔𝖘♦(전정국) TERMINADA | BOOK 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora