♣ 𝕯𝖊𝖕𝖗𝖊𝖉𝖆𝖉𝖔𝖗𝖊𝖘 𝕳𝖚𝖒𝖆𝖓𝖔𝖘♦(전정국) TERMINADA | BOOK 1

Capítulo 21

— ¡Ya llegué! — la joven se sacó la capucha dejando ver una cabellera rubia.

— ¡Bae! — se acercó un pelirrojo a la rubia y este quedó tieso al ver a alguien conocido tomando la mano de su amiga.
— JungKook... ¡JungKook!

JungKook fue tirado al suelo adornado por una bonita alfombra y se quejó al sentir sus heridas aún no sanadas punzar.

— Tae, me asfixias — contestó molesto, pues odiaba el contacto físico.

El pelirrojo se sentó a horcajadas del conejo y hacía fricciones sin querer, haciendo que la erección de JungKook doliera a horrores.

— ¡Tanto tiempo, pensé que algo malo te había pasado! — TaeHyung se bajó de encima de JungKook para luego ofrecerle su mano, sin embargo frunció el ceño confundido al ver al pelinegro con los ojos cerrados, transpirando, susurrando cosas inaudibles  y sobretodo rojo, así es, el conejo se había sonrojado.

La rubia no sabía que hacer, claro hasta que vió el "problema" con el cual estaba JungKook.

— Pervertido — se tapó rápidamente la boca al darse cuenta que lo había dicho en voz alta. JungKook alzó la mirada fulminante y esta última enrojeció de la vergüenza.

— ¿Qué pasa Mimi? — preguntó TaeHyung al ver a su amiga roja.

JungKook rodó los ojos ante el apodo ¿Acaso era su novia? Se levantó del suelo para luego seguir fulminando a la joven.

— Nada TaeTae — esta habló con seguridad tratando de no intimidarse por el pelinegro y se dirigió a las escaleras que la llevaban a la habitación de Tae.

— Tch que raro... En fin, JungKook debes cambiarte si no quieres pescar un resfriado. Ven conmigo.

Su tacto se sentía tan delicioso, tan placentero haciéndolo estremecerse en un sin fin de sentimientos.

— No hace falta, tengo mi coche a unas cuadras.

Por más que se sintiera a gusto con el pelirrojo, había algo que lo asustaba, lo asustaba ese sentimiento abrazador, esas ganas de querer estar siempre con él, esas ganas de querer tenerlo en sus brazos y amarlo siempre, haciéndole el amor todos los días.

— No estaba haciendo una pregunta. Hoy te quedarás — el pelirrojo se adentró en su habitación encontrándose con la rubia leyendo un manga.

Aquello enfureció al conejo de sobremanera, no quería ver a una chica en la cama de TaeHyung, es más, ya no la quería ver ni en pinturas.

— ¿Se quedará? — preguntó Bae a su amigo, refiriéndose al pelinegro. TaeHyung sólo asintió y esta rápidamente se levantó de la cama del pelirrojo para irse a la sala, pero nuevamente volvió.
— Ven, curaré tus heridas — Bae tomó la mano de JungKook a lo que este quitó su mano rápido, como si cualquier roce de la rubia le quemase.

— No te preocupes Mimi, yo me encargo de Kook — TaeHyung se puso adelante del conejo, pues conocía a JungKook y sabía que odiaba el contacto físico y más si venía de algún desconocido.

JungKook se sintió mejor al ya no tener la presencia de la joven ahí.
Se sentía bien al lado de TaeHyung y este último sabía lo que le molestaba y lo que no.
Únicamente Tae lo entendía.

— Esa chica...

— ¿Cómo están tus heridas? Muestralas así te curo — cambió tema rápidamente el pelirrojo.

JungKook asintió, quitándose la gabardina para después sacarse la camisa blanca que se le ceñía al cuerpo por lo mojada que estaba.

Tae observó las miles de marcas y cicatrices que el pelinegro tenía. Varias heridas frescas acompañadas por raspones,moretones e hinchazones.

Hizo que el menor se sentara en la cama de espaldas, para luego pasar su suave mano por la espalda de JungKook.

El conejo arqueó su espalda y dejó escapar un suspiro al sentir las suaves caricias del pelirrojo.

— Se están curando... — habló jadeante el pelinegro.

Su corazón desbocado no paraba de bombear sangre a una rapidez descomunal ¿Cómo un simple toque podia con él? Siquiera una mujer pudo causar eso, siquiera Ahn.

— Pondré un ungüento sobre tus heridas y espero tengas cuidado, si sigues así terminarás muerto.

— No es como si a alguien le importase.

— A mí me importas.

Vaya eso no se lo esperaba. Las mejillas de Jeon enrojecieron y una estúpida sonrisa escapó de sus labios, si seguía sonriendo de esa manera, pronto le comenzaría a doler de tanto haber sonreído, pues era algo a lo que no estaba acostumbrado.

— No debo de importarte. En cualquier momento podría matarte.

— Sería en un placer morir en tus manos JungKook.

Sintió el mundo detenerse ante aquéllas palabras.

TaeHyung estaba creando esperanzas en el conejo y era algo con lo que no se tenía que jugar, Tae le estaba ilusionando y no querría ilusionar al diablo, ya que podría arrepentirse de aquéllo.