Capítulo 29

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El aire fresco de invierno era cada más frío. La temperatura había bajado considerablemente, no habían almas paseándose por la calle por el denso frío. Sin embargo, ahí en una plaza se hallaba una rubia sin estar lo suficientemente abrigada como para esas bajas temperaturas.

Hacía media hora que había terminado su horario laboral y ahí se encontraba, tan sólo vestida con unos simples jeans gastados, arremangados hasta unos centímetros de los tobillos, unas adidas embarradas y una sudadera camuflada.

En sus piernas descansaba un pequeño termo y en sus manos había un plato descartable con comida chatarra.
La rubia comía como bestia pues hacia ya siete horas que no probaba bocado.
Balanceaba sus pies en la banca mientras miraba el hermoso cielo cubierto por un manto de estrellas.

- Algún día seré parte de ellas... - habló para sí misma la rubia después de haber tragado su hamburguesa.
Levantó su mano en dirección al cielo y cerró los ojos al sentir una ventisca suave azotar su rostro y hacer bailar varios hilos de oro.

- Take me to the sky... - una melodiosa voz se escuchó al lado de la rubia, seguido de una nueva corriente de aire. Alguien se había sentado a su lado. - ¿Qué haces a estas horas y desabrigada? Podrías pescar una gripe.

- No es como si me importara mi salud. - la rubia se encogió de hombros desinteresada y nuevamente volvió a su comida.

- Comes como una bestia. - el pelinegro sonrió al ver que la rubia empezó a comer más rápido sin querer ser delicada.
Lo miró y continuó con su comida.

- Es raro que me hables ¿Tramas algo? Sé que quieres sacarme información. Ya suelta la sopa.

Vaya que la rubia era inteligente.

- Para ser rubia, no eres hueca.

- ¿Me estás llamando hueca? No soy como una muñeca barbie.

- De eso me doy más que cuenta, por lo general, una barbie es delicada, se preocupa por su apariencia y usa kilos de maquillaje.

- Soy sencilla.

- Lo sé y me gusta.

La rubia se ahogó con su hamburguesa ante las palabras del pelinegro.

- Ya déjate de estupideces y dime que quieres. No tengo todo el tiempo del mundo.

- ¿Qué eres de Hyo Jong?

La rubia por fin se dignó a mirar al conejo.

- ¿Perdón? - Bae dejó su comida por un momento y lo miró frunciendo el ceño. - Eso es algo que no te incumbe.

- No hay que ser muy inteligente para saber que mueres por él y él sólo te usa.

- No sé de que hablas Jeon. - la rubia tiró los restos de su comida y bebió el agua que tenía en una botella, para después guardar las cosas en su mochila. Sin embargo, antes de irse, el conejo la tomó de la muñeca y la atrajo a su pecho.

- ¿Qué se siente ser rechazada por la persona que amas? No es nada lindo ¿Verdad?

- ¿Qué es lo que quieres?

- Tu confianza.

Una suave corriente de aire hizo que los cabellos de ambos jóvenes, se mecieran con delicadeza y gracia, gracias a la luz de la luna, la piel nívea de ambos parecía brillar bajo las constelaciones.

¿Cómo quieres que confie en ti cuando apareces de la nada? Eres tan misterioso Jeon ¿Qué es lo que realmente escondes? Algo bueno no creo. — contestó Bae sin quitar la vista de esa mirada tan intensa y tan intimidante. Algo quería JungKook y detrás de ese algo, se escondía algo turbio como un mar siendo azotado por olas furiosas.

— Es un buen punto y... Realmente si hay algo que oculto. — el pelinegro escondió sus manos dentro de los bolsillos de sus vaqueros y empujó su mejilla interna con su lengua y sonrió.

— Sonríes mucho, deja de hacerlo si en verdad no lo sientes. Odio las sonrisas falsas.

El pelinegro dejó de sonreír inmediatamente y su mirada penetrante se intensificó. Buscaba la manera de intimidar a la joven, más esta no parecía inmutarse. Le hizo dar miedo ¿Cómo una simple cucaracha le hacía temer? Era una de las pocas personas que podían leerlo, bueno, eso creía.

— No me agradas, pero tampoco te odio.

— Tú tampoco me agradas Jeon. — contestó la rubia ante la confesión del pelinegro. — Bien, debo irme — Bae acomodó mejor su mochila y se fue. Sin embargo, Jeon tomó su muñeca con brusquedad, haciendo que la joven se quejara.

— ¿Eres algo de Tae?

La menor lo observó sin expresión por un momento para después sonreír.

No quiero ser aguafiestas, pero TaeHyung no es gay. — sin más, la rubia se soltó y se alejó del pelinegro.

— ¡No soy gay! — y gritó JungKook desde atrás. La rubia alzó su mano derecha e hizo un "Ok" con sus dedos mientras reía.

Tal vez JungKook decía la verdad y sólo se había dejado llevar por la belleza de Tae.















♣ 𝕯𝖊𝖕𝖗𝖊𝖉𝖆𝖉𝖔𝖗𝖊𝖘 𝕳𝖚𝖒𝖆𝖓𝖔𝖘♦(전정국) TERMINADA | BOOK 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora