♣ 𝕯𝖊𝖕𝖗𝖊𝖉𝖆𝖉𝖔𝖗𝖊𝖘 𝕳𝖚𝖒𝖆𝖓𝖔𝖘♦(전정국) TERMINADA | BOOK 1

Capítulo 61

Sé que me iré al infierno por esto 😂😂😂

No olviden comentar; estaré encantada de leerlos ❤

BaeMin se levantó en las penumbras de la noche. Iba a prepararse un vaso de leche con miel para ver si con eso podría conciliar el sueño, ya que, al día siguiente debía encargarse de abrir el restaurante y Mark iría a la escuela.

Bajó las escaleras y con la linterna del celular se guiaba. Llegó a la cocina y prendió la luz de esta.
Se dirigió a la nevera para buscar la leche.

— Creo que no hay miel. — buscaba por todos lados y al no encontrarla se rindió. — Bien, creo que sólo será leche.

Sirvió la leche en una taza para luego meterla en el microondas.

BaeMin se recargó en la mesada de la cocina y cerró los ojos para tratar de tranquilizarse, pero como era esperado, no lo logró. Estaba preocupada por lo que pasaría en adelante, ¿Y si su familia corría peligro por culpa de ella y su idiotez? No estaba dispuesta a que los inocentes pagaran los platos rotos, aunque Bae no tenía tampoco la culpa, puesto que esa noche sólo se dirigía a su casa y nada más. Claro, hasta que se topó con ese tonto y lo mandó a prisión.

— ¿Qué va a pasar con mi vida de ahora en más? — se dijo así misma entre suspiros y abrió los ojos asustada cuando el microondas le avisó de que su leche ya estaba lista.

Colocó la taza en la mesa y tomó asiento liberando un suspiro de frustración, para después llevarse las manos a su cabello y despeinarlo de manera desenfrenada.

— ¿No puedes dormir? — preguntaron a sus espaldas haciendo que la pelirrosa se levantase de golpe, golpeando su rodilla con la mesa.

— ¡Mierda JungKook! ¿Qué haces aquí a esta hora? — se llevó las manos al pecho mientras sentía que moriría de un paro cardíaco en ese preciso instante.

— Entré por la ventana. — contestó como si fuese lo más normal del mundo.

— ¡Pero tenía seguro!

— Se puede forzar, ¿Sabías? — el pelinegro tomó asiento y agarró la taza de leche de la menor para darle un sorbo. — Le falta azúcar.

— Yo no le pongo azúcar.

— Por eso eres tan amargada.

— ¿Amargada yo? ¡Tú eres el más amargado entre los dos JungKook!

El pelinegro rodó los ojos ante lo dicho por la menor y se levantó de la silla.

— Tienes, razón, tienes razón. — arrastró las palabras JungKook con un toque de burla mientras se acercaba lentamente hacía BaeMin y giraba a su alrededor. — Estás muy... Tensa — susurró lo último en la oreja de la menor. — Yo podría eliminar cualquier rastro estrés. — colocó sus manos en los hombros de la menor y empezó a masajear la zona. — Tienes varios nudos, ¿No duermes bien hace cuánto? — preguntó al presionar con los pulgares y hacer varios círculos.

— Hace unas tres noches por ahí. — contestó Bae y cerró los ojos dejándose llevar por el masaje que Jeon le estaba otorgando. — Eres bueno en ésto.

— Soy bueno en muchas cosas.

BaeMin rió ante ello. Por la manera en que lo había dicho, Jeon estaba con el ego por las nubes.

— Tan arrogante...

— No tienes idea. — volvió a susurrar en el oído de la menor. — Apoyate en la mesa y queda boca abajo.