Capítulo 16.

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-Bienvenido joven Miller.-dijeron las sirvientas al ver a Harry todo mojado de su vestimenta.

-Hola, perdón por no avisar.-se disculpó con ellas.

-No se preocupe, ahorita le llevamos algo de ropa limpia su habitación. Por favor vaya a darse un baño para que no se resfrié.

Harry agradeció y entró a la mansión. Subió a su cuarto y se desvistió para luego darse un pequeño baño. Al entrar en contacto con el agua sintió como sus problemas se iban aclarando y volviéndose menos significantes. Logró relajarse cuando el vapor inundaba el pequeño cuarto de baño y llegaba a su nariz para llenar de aquél aire caliente sus pulmones.

Salió con su ropa recién traída y con la toalla en su cabeza. Se sentó en la cama y se secó sus sedosos cabellos de oro hasta que no quedaran mojados. Ya terminado se acostó en su cama mirando hacia el techo. Recordó el momento en el que se adentró a la tienda de la adivina y cómo fue la mirada de la señora al verlo.

Se quedó absorto en sus pensamientos que no notó cuando ya se hallaba en la entrada del portal de rosas. No dudó un segundo más y entró para encontrarse con el chico que siempre se encontraba ahí. Ésta vez no fue una excepción, entre los arbustos de las bellas flores estaba Anthony cortando unas que tenían sus pétalos extendidos mientras que otras todavía eran unos pequeños capullos.

-Bienvenido Harry ¿Qué tal te fue en el paseo?.-preguntó sin dirigirle la mirada.

-Horrible sería la palabra adecuada. No te imaginas cuánto tiempo estuve abajo de la lluvia.

-¿Un buen rato?

-Supongo que sí.-respondió sin emoción.- ¿Hoy que harás?

-No lo sé. Siempre que vienes me encuentras arreglando o regando las rosas, creo que hoy haré algo distinto.-pausó para dejar en la tierra las tijeras de jardinería.- Hoy me sentaré en la banca a admirarlas.

-Vaya, no creo que tenga algo mejor que hacer. Te acompañaré.

-Esta bien, siéntate a mi lado.-dijo haciendo una señal con su mano para que se sentara.

Había estado muchas veces (sin exagerar) en aquél portal, pero hasta ahora nunca se había detenido a sentar y a observarlas por tanto tiempo. Pensaba que aquellas flores eran un símbolo de vida y belleza y ¿a quién engañaría? A pesar de haber estado en varios lugares, este jardín era su lugar favorito. Encontraba lleno de vida cada hoja, cada pequeña rama de tallo de flor, cada pétalo colorido de la rosa y por su puesto el entorno que rodeaba a aquellas maravillas del jardín.

-¿Qué te dijo la adivina?.-preguntó de la nada Anthony.

"¿Cómo sabe de ella?"

-No lo se.

No tenía ni idea de cómo se había enterado sobre la visita que hizo a la tienda. Tampoco estaba seguro de el significado que la adivina le dijo ya que no los recordaba.

-Ya veo, con que ninguna te haya salido invertida todo va a estar bien.

Aquello le resultó extraño por parte de él.

-¿Sabes algo de las cartas?

-No tanto, pero ya lo he experimentado. Cambiando de tema ¿Qué pasó en el restaurante?

Harry ya no le importaba responder por lo que se quedó callado. ¿Cómo es que sabe todo eso cuando él ni siquiera estuvo ahí?

-¿Cómo conoces eso?.-preguntó un poco molesto.- Ni siquiera estuviste en el restaurante y tampoco en la tienda de la adivina, pero aún así sabes la historia.

|| Renacer || Candy & AnthonyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora