Capítulo 22.

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Harry ayudó a colocar las bolsas en la mesa del comedor. Cada uno sacó de ellas los alimentos y los acomodaron en sus respectivos lugares. Al terminar, aventaron su cuerpo hacia el sofá al mismo tiempo. Se veían exhaustos.

-¿Qué te parece si hoy no cenamos? Tengo flojera de hacer la cena-. Sugirió Archie en suplicas.

-No creo, para tu mala suerte hoy llegué con hambre-. Al decir esto, parecía que su amigo se le había ido el alma. Estaba pálido-. Era una broma.

La habitación se quedó en silencio, no incómodo sino agradable. El otro podía escuchar la respiración del otro. El ambiente pacífico reinaba el cuarto de una manera en la que se podía confundir con un sueño. Archie abrió un ojo para mirar el reloj, vio que era ya muy noche por lo que se levantó y se acostó en su cama; Harry sintió el movimiento del sofá y de un parpadeo hizo lo mismo.

-Harry, mañana desayuna sin mí. Estaré todo el día afuera. Así que no me esperes para cenar-. Sacó de la nada el comentario.

-¿Y eso? ¿A dónde vas?-. Preguntó sin mala intención, sólo por curiosidad-. Está bien por mí, pero sólo quiero saber si no te molesta.

-Claro que no. Me encontré de camino a un viejo amigo, ya sabes...conversamos, cambiamos direcciones y propuso vernos mañana en su departamento-. Explicó con un bostezo que indicaba lo cansado que estaba.

Asentió en señal de que había comprendido lo que quería decir. Él creyó que así entendería que puede hacerlo.

-Espero que llegues al menos antes de las doce-. Dijo perdiendo las energías poco a poco hasta que quedó atrapado en un relajado sueño.

-Claro. Después de todo, estoy aquí para acompañarlos a ustedes dos-. Finalizó el otro para luego hacer lo mismo que él.

Mientras tanto, siguiendo en ese mismo día, Candy se hallaba subiendo aquellas escaleras elegantes, queriendo encontrar su dormitorio

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Mientras tanto, siguiendo en ese mismo día, Candy se hallaba subiendo aquellas escaleras elegantes, queriendo encontrar su dormitorio. ¿El problema? Las infinitas -a su parecer- puertas la habían confundido y perdido. Miró a las ojos por un momento y busco con la mirada si era el piso y pasillo correcto.

Ella desde un principio tuvo en claro que la academia era bastante grande, pero ya adentrándose profundamente, te das cuentade que es aún más enorme. Suspiró largamente al saber que donde estaba también era incorrecto. Llevada un poco por la desesperación dejó caer todo; su maleta y consigo ella misma. Cerró sus ojos por un momento.

Todo esto era nuevo para ella. Ésta vez estaba sola.

-¿Hola? ¿Te sientes bien?-. Preguntó una voz desconocida en diferente idioma. Español.

Miró hacia arriba para avistar a un lado de ella, a una chica de orbes rubios y melena rubia. Se veía su rostro rostro joven y la piel blanquecina. Parecía una muñeca.

-Sí, sólo que me cansé de buscar mi dormitorio-. Dijo un poco apenada tratando de comunicarse-. Mi nombre es Candy, soy nueva en la academia.

-¡Oh una nueva! ¡Gusto en conocerte!-. Dijo ayudando a pararla-. Yo soy Katia. Por lo que veo no hablas muy bien el español, pero no está nada mal.

|| Renacer || Candy & AnthonyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora