-Recompensa (5)-

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Al día siguente, un carruaje llega al palacio, viene por Eleanor, ella ya se encuentra lista, se despide de los duques y ellos le desean buen viaje, sube al vehículo, dentro ya se encuentra Greg. Parten hacia Royglor, durante el viaje, Eleanor se muestra algo insegura, Greg trata de animarla. Una vez llegando a la ciudad, La joven Wolf se maravilla por lo hermosa que se ve, se da cuenta de por qué le llaman la Ciudad Noble, sin embargo, es no es el momento para detenerse a admirar el lugar, hay asuntos que resolver antes. El carruaje se detiene, Eleanor y Greg bajan, están frente al edifico de La Corte, dentro de él todos sus miembros esperan la llegada de Lu-Amon y Wolf. Charles Bensen y Tiberius Van Hor ya se encuentran en el lugar.

El juicio comienza, y después hablar, discutir y debatir por mucho tiempo, se llega a un veredicto final en favor de Eleanor, por lo que el castigo para loa culpables debería ser pasar muchos años en un calabozo; sin embargo, al no ser ellos oriundos de la ciudad, no pueden ser penados por dichos castigos, aún así las leyes de Royglor pueden dictar otras sanciones, que igualmente se cumplen en distintas regiones cercanas, incluyendo Reihenhal, y que de no cumplirse, pasar los años dentro de una celda sería la penitencia. Entonces, en cuanto a Charles, él será separado de su familia y tendrá que dejar toda su fortuna a ellos, ahora deberá vivir de la tierra, cultivando su propio alimento; para Tiberius el castigo es que será revocado de su título nobiliario, no podrá vivir más en el palacio y se convertirá de un ciudadano más en Gambri-hel, gozando solo de ciertos privilegios que su hermano quiera otorgarle, pero nada que eleve su nuevo estatus, tendrá que aprender a vivir como una persona ordinaria.

Una vez que todo acabó, Charles y Tiberius son enviados de vuelta a Reihenhal, Greg le da un gran abrazo a Eleanor y le pide que la acompañe. Después de caminar por un momento, llegan a un extraño jardín, donde Greg le muestra a Eleanor unas extrañas pero hermosas flores, su color es plateado y liberan destellos con la luz del sol, Wolf nunca había visto nada igual, entonces Greg toma su mano y muy decidido le hace una proposición - Ely... yo... yo quiero que vivas junto a mí. Lo que siento por ti es... -. Greg para de hablar debido a que Eleanor comienza a reír y dice - Eso me encantaría, Greg... pero no puedo. Han pasado muchas cosas y muchas más vendrán, aún hay ciertos asuntos que quiero atender... (mira a Greg a los ojos y le sonríe cálidamente). Pero no te preocupes, solo quiero que entiendas -. Greg sonríe con cierta tristeza, Eleanor lo abraza nuevamente. Ya es momento para que Eleanor regrese a Reihenhal nuevamente, pero esta vez Greg no está a su lado, se despide de ella a lo lejos, deseándole lo mejor.

Una vez en Grambri-hel, Eleanor se reúne con los Duques y les habla de su deseo por regresar a Klows, pero le promete a Liana que regresará, así que después de un par de días, Wolf parte una vez más. En el camino, la carroza se detiene en el pueblo de Rommill, Eleanor baja y empieza a preguntar por todo el pueblo por alguien que busca, entonces encuentra una linda casa y frente a ella está Libia cuidando unas plantas, Eleanor llega con ella y le da un gran abrazo para agradecer lo que hizo por ella. Las dos amigas pasan la tarde juntas hablado de lo que ha pasado, pero Eleanor debe continuar con su viaje, así que se despide de Libia y le dice que volverá a visitarla muy pronto. Antes de continuar, Eleanor decide visitar la tumba de Richard para guardar respeto en nombre, el cuerpo se encuentra enterrado junto a la laguna donde murió.

Eleanor se queda un momento en el lugar, pues ya oscureció y es luna llena, por lo el espectáculo de luces comienza, así que se queda contemplando un momento, dice unas palabras en memoria a Richard y se retira, debe continuar el viaje a casa. Después de unos días, llega a la ciudad de Tertamius, Eleanor quiere bajar, ya que tiene un asunto que resolver en ese lugar también. Se dispone a buscar a Cornelius, esperando que aún esté vivo de alguna manera, pero después de caminar un rato por la ciudad, en la misma plaza donde lo conoció, mira a un hombre manco y que apenas puede pronunciar ciertas palabras, sentado en el suelo pidiendo dinero a quien pasa junto a él, mientras toca como puede su lira con la mano que le queda. Eleanor se conmueve al verlo, se acerca a él, Cornelius la reconoce, pero el recuerdo de lo que provocó conocerla, provoca el llanto en él y trata de decir algunas cosas, pero Eleanor no comprende, sin embargo, sí siente lástima por él, quiere ayudarlo de alguna manera, así que le pide que la acompañe hasta el carruaje.

Cornelius no está muy seguro de si debe seguir a Eleanor, pero decide hacerlo, y una vez que llegan, ella le entrega todo el dinero que posee, un par de bolsas de oro, y todo lo demás que sea de valor. Con todo ese dinero, Eleanor ayuda a Cornelius a comprar un caballo que le sirva para de transporte y llevar las otras cosas, el bardo no sabe cómo agradecer el gesto, él quisiera cantar para Eleanor nuevamente, pero solo toca una corta melodía en su lira, suficiente para que ella esté conmovida. Se despiden, Wolf le desea lo mejor al joven bardo y sube una vez más a la carroza para llegar a Klows. Pasan las horas, Eleanor por fin está en casa, ahora debe confrontar a su padre, esa es la razón de su regreso, explicarle a Maurice Wolf todo lo que sucedió y pedirle disculpas. No es algo fácil, el virrey no está contento de saber que su hija regresó sin haberse casado con el duque de Reihenhal, sin embargo, Eleanor también le dice que regresará a Gambri-hel, pues logró conseguir una mejor vida en ese lugar, a pesar de todo, pero le promete a su padre que algún día lo hará sentir muy orgulloso.

Pasan varios meses, en el palacio las cosas parecen ir bien, Liana está embarazada; Emer, a pesar de lo sucedido con su hermano, parece estar feliz. Una carroza llega al palacio, Eleanor sale de ella, los duques, en especial la duquesa, la reciben con gran alegría. Liana le dice "bienvenida, te estábamos esperando", hace un gran banquete en honor a su regreso, se puede ver la felicidad en el rostro de Eleanor. La duquesa se informa a Eleanor que su casa ha sido muy bien cuidada e incluso se remodeló aún más, la joven Wolf está ansiosa de ver su residencia, así que al día siguente, los duques acompañan a Eleanor a su nuevo hogar, preparan una deliciosa comida para celebrar. Al final de la velada, Emer y Liana dejan a Eleanor en su hogar, para que viva a gusto y como quiera, visitándose ocasionalmente. Y varios meses después, Liana tiene a luz a un pequeño varón, al que nombran Julius, Julius Van Hor, los duques están muy felices, Eleanor igual, incluso Tiberius, que fue invitado al palacio por ser una ocasión especial.

Después de pasar la tarde junto a Emer y Liana, Eleanor Wolf regresa a su hogar, sin embargo, al llegar, mira que hay una carroza frente a su casa, su mayordomo se acerca para decirle que llegó un hombre sin invitación a visitarla. Eleanor entra a la casa, no puede evitar sonreír al ver el rostro de ese hombre, se acerca a él y le dice - Pensé que ya no te vería de nuevo -. Algunas lagrimas de alegría brotan de los ojos de Eleanor, el hombre se pone comienza a acariciar el rostro de ella y seca alguna de sus lágrimas con sus manos; después de verla a los ojos, con una gran sonrisa él le dice - ¿Cómo has estado... Ely? -.

Fin.

La Recompensa del DolorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora