Capítulo 15

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(/・ω・)/ Semana tres (◕‿◕✿






El moreno aún seguía en shock, y es que definitivamente no podría entenderlo.




Sí, había visto a su madre hacer cosas terribles y le había dicho cosas espantosas, pero ni siquiera ella se había atrevido a rebasar el límite de su sexualidad... y ahora el que lo hubiera hecho sin pensar, simplemente había dicho aquellas frías palabras, le había roto el corazón a Magnus.

Sí, su madre había sido cruel miles de veces, pero muy pocas le había roto el corazón y eso era una de esas veces, el moreno no se había esforzado ni un momento para cambiar a la mujer y no porque no quisiera, simplemente tenía miedo enfadarla y que le dijera algo peor, aunque no se imaginaba nada peor que eso.

Alec, por supuesto, había estado muy preocupado por su novio, pero Magnus, como siempre que las cosas iban terriblemente mal, se alejaba de todos, ni siquiera Catarina y Ragnor sabían que le había pasado al chico, él sólo se había alejado de todos. Volvía a ser el mismo que Alec había conocido a principio de curso.





No hacía sus trabajos.






No prestaba atención a clases.







Su rendimiento estaba bajando nuevamente.






Y no importaba cuanto se esmerara Alec en ayudarlo, Magnus no se dejaba.





De nuevo Magnus no dejaba que nadie le ayudara y el chico de cabello azabache y piel clara comenzaba a preocuparse con demasía.

Magnus sí iba a trabajar, por supuesto, y parecía relajarse un poco, pero sólo un poco y mientras atendía y ayudaba a las personas, una vez se desocupaba, aquella sombra de tristeza volvía a sus ojos, incluso Lydia parecía preocuparse por el chico y se sentía completamente inútil al no saber cómo actuar con él.

Hasta la mismísima Jessamine se compadecía del chico y evitaba molestarlo.

Jessamine Lovelace nunca sentía pena por nadie, pero ahí estaba, fulminando con la mirada a todos los que se atrevían a hacer comentarios de Magnus, todo el Instituto quedó sorprendido por ello, muchísimo más Magnus, quien no entendía el comportamiento de la chica, seguro debía ser realmente patético como para que la chica más popular del mundo quién disfrutaba fastidiar su existencia, ahora estuviera defendiéndolo, sentía lástima.




Lástima...





Era el peor sentimiento que existía, al menos eso es lo que pensaba Magnus, odiaba que sintieran lástima por él.

La semana tres se estaba acabando y él ya no tenía fuerzas para luchar, sus fuerzas se habían agotado, aquel día, mirando como la humanidad de su madre desaparecida completamente... o eso creía.

El moreno llegó al tráiler, pero no entró, pues escuchó a su madre hablar, ellos nunca tenía visitas ¿quién estaría con ella? Con extremo cuidado, Magnus entró a su hogar, si es que podía llamarle aun así.

Y allí la vio...

No había nadie pero su madre estaba sentada en el suelo abrazando el sofá de su padre en el cual reposaba una foto del hombre.

Magnus sólo la había visto un par de veces y a escondidas de su madre, puesto que a ella le desagradaba que Magnus la viera, él y su padre eran iguales bastante.

Pero lo que más le sorprendió a Magnus fue el notar que su madre estaba llorando y lo hacía con fuerza... el moreno se preocupó inmediatamente ¿qué le estaba pasando a la mujer?

Ella nunca lloraba, nunca la había recordado llorar... o al menos no desde que tenía cinco años, para esa época la mujer no había superado aún la pérdida de su esposo, con el tiempo lo había hecho... o por lo menos eso fue lo que creyó Magnus, pero la escena frente a sus ojos le dijo todo lo contrario.

-Lo siento, lo siento muchísimo por todo, sé que soy una terrible madre y fui una pésima esposa, pero te quiero de vuelta conmigo –decía la mujer entre sollozos –quisiera arreglar todo, él se parece mucho a ti, tiene carácter, es fuerte, es muy decidido, hace lo que quiere e intenta ser feliz, tuviste que conocerlo, es un chico maravilloso... pero odio que se parezca a ti –y seguía llorando con mucho más fuerza –quiero que vuelvas y que estés a mi lado –decía la mujer entre llantos.

Definitivamente no podía reconocer a la mujer que estaba llorando, es decir tenía humanidad, estaba llorando y su corazón estaba roto, por un segundo Magnus se preguntó si realmente aquella mujer era su madre, porque para él no se parecía en absoluto.

Esa mujer estaba herida realmente, había perdido algo muy importante para ella.

Y Magnus ya sabía cómo recuperaría a su madre.

Pues para hacerlo debía hacer lo imposible.

Recuperar a su padre.


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