Capítulo 19

1.9K 231 135
                                    
















-No pude hacer nada y ahora está tan herido –sollozaba Alec abrazado a su hermana.

-Él estará bien, todo estará bien, ya lo verás...

- ¡Soy un inútil! No pude hacer nada por Magnus y ahora está demasiado mal, esa mujer lastimó a mi Magnus, soy un bueno para nada y...

- ¡Ya basta Alexander! -Gruñó Asmodeus–. ¿Cómo puedes decir eso? ¿Como si quiera puedes pensar en que eres un inútil? ¡No quiero volver a escucharte diciendo algo como eso! Has cuidado hijo...

-Pero...

- ¡Pero nada! ¡Esa mujer está loca y si mi chico está mal es por ella no por tu culpa! Tú eres un gran muchacho, has hecho lo que has podido para mantenerle a salvo pero no te puedes exigir tanto, no puedes ser tan duro contigo mismo, no puedes exigirte tanto...

-Pero...

- ¿Sabes qué puedes hacer? Estar para él si está mal y sí, ahora tiene cicatrices, no sólo físicamente, sino también sentimentalmente, psicológicamente, pero puedes estar para apoyarlo, mostrarle que en la vida hay cosas que valen la pena ¿Quieres demostrarme que en verdad eres bueno para mi hijo a pesar de que eres mayor? ¿A pesar de que es menor de edad? ¡Pues demuéstralo! ¡Quédate con él cuando más lo necesite!

Alec apretó los labios,

-Lo haré...

-No es cuestión de palabras Alexander, es cuestión de acciones, demuéstralo –dijo por última vez antes de sentarse y quedarse completamente callado.

Alec se decidió que su suegro tenía razón, bien, quizás no haya podido salvar a su novio ahora, pero lo haría después, estaría para él siempre que lo necesitara, ya no permitiría que nada más lastimara a su chico, demostraría que valía la pena. Sería digno de él.















(≡^∇^≡)

















Pasaron horas en cirugía, pues al parecer aquella bestia loca que se hacía llamar la madre Magnus lo había golpeado tan fuerte que le había hecho daño en los órganos internos, a parte tenía esquirlas de vidrio de aquella botella que le había reventado en el rostro y le habían perforado demasiado la piel, debían sacarlas para que no hiciera un daño mayor. Una enfermera se acercó caminando con firmeza a la sala de espera y se detuvo junto a la mesa de centro.

- ¿Familiares de Magnus Bane?

Alec a pesar de que se estaba quedando dormido, se levantó de golpe como si se hubiera tomado diez Red Bull.

- ¡Soy su novio! –Gritó con fuerza–. ¿Cómo está? ¿Dónde está? ¿Está bien? ¿Ya salió de cirugía?

-Cálmate Alexander –dijo Asmodeus exasperado aunque en el fondo estaba completamente feliz de que aquel ojiazul se preocupara tanto por su hijo.

Definitivamente, pensó Asmodeus, Alec era la mejor persona que su hijo podría tener para ser su pareja.

-Así que tú eres Alexander...–dijo la mujer.

Alec asintió con fervor.

-Sí, soy yo.

-Él quiere verlo.

- ¡Excelente! –Dijo Asmodeus –vamos.

-Un momento –los detuvo la enfermera –sólo quiere ver a Alexander, ya luego podrán pasar, pero exigió que el joven Alexander Lightwood entrara primero.

Back at the startDonde viven las historias. Descúbrelo ahora