Capítulo 25

1.7K 202 179
                                    








(ಥ_ಥ) Tres días después (ಥ_ಥ)







Desde aquel día Jonathan no se había vuelto a aparecer por la habitación en la que se encontraba Alec, por lo tanto tampoco había comido nada, a veces se desmayaba por el hambre, a veces por el cansancio y a veces simplemente porque esperaba no volver despertar.

Sí, era patético, pero se había rendido, ya no le importaba nada, estaba cansado y no podía hacer nada.

Con un fuerte chirrido la puerta se abrió dejando ver allí al rubio el cual tenía un plato de comida.

-Mi amor... -empezó con voz dulce tanto que Alec le repugnó el solo hecho de escucharlo pero no dijo nada, ya no tener energías para decir nada en absoluto, simplemente se hizo bolita en el rincón de siembre, cerrando su camisa y cubriéndose con ella los lugares en las que tenía aquellas feas marcas. Estaba completamente avergonzado de tenerlas –amor lamento mucho lo que te hice, pero debes aprender, yo te amo, por favor bebé, te amo demasiado, no quiero perderte pero tú siempre hablas de ese niñito, yo te amo demasiado y tú me cambiaste por... por eso, eres mío, debes entenderlo, eres mío y no pienso compartirte con nadie más ¿no lo entiendes? Tú y yo estamos hechos el uno para el otro, cualquier otra cosa es completamente impensable, estamos hechos el uno para el otro, debes entenderlo, cuando lo hagas podremos vivir felices juntos los dos, tendremos una familia como siempre lo soñamos ¿lo recuerdas? Cumpliremos todos nuestros sueños juntos, pero debes colaborar –mientras el rubio hablaba, Alec sólo se limitaba mirar la pared de su rincón.

No quería escucharlo.

No quería cumplir los sueños del chico.

Sabía que ya no podría salir de ahí y lo que más le dolía era que no iba a poder ver al amor de su vida nunca más.

Nunca podría volver a ver aquellos ojos gatunos tan hermosos y únicos, no podría volver a besar aquellos labios delgados y dulces que lo llevaban al paraíso con un simple roce, nunca más volvería a ver su cabello lleno de purpurina o su rostro maquillado, sus dedos degollados o aquella sonrisa que era la más hermosa de todo el mundo. Nunca más podría volver a verlo...

-Magnus... –dejó escapar a los suyos con el nombre de su chico.

Por supuesto Jonathan lo escuchó, tiro la comida al piso rompiendo los platos y se acercó con furia a Alex lo tomo con fuerza del cuello y la cabeza y lo levantó.

- ¡Eres un idiota! –Lo estrelló contra la pared–. ¿Aún piensas en él?

Alec, sin energía, miró fijamente a Jonathan y asintió.

Él será el último pensamiento que tenga hasta que yo dejé respirar.

El rubio platinado tomó a Alec del cuello asfixiándolo.

-Sigue así y no tardarás mucho en dejar de hacerlo –amenazó mientras lo apretó.

Lo siguió unos segundos más hasta que Alec se vio envuelto en oscuridad, lo botó con brusquedad al suelo y salió de la habitación.

Back at the startDonde viven las historias. Descúbrelo ahora