Capítulo 12

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-Señor Lightwood –canturreó Jessamine interrumpiendo la clase a lo que el profesor la miró irritado – ¿recuerda la ley de artículos?

Alec rodó los ojos y miró a Magnus significativamente.

-Señor Bane, ya sabe que...

-Lo sé.... sólo esta vez.

-Magnus... –Alec habló con dulzura conmovedora –lo siento, debes quitarte tus gafas de sol y tú sombrero... también la bufanda, no quiero tener problemas contigo por eso.

Magnus suspiró.

-No tendrás que tenerlos.

El moreno se puso en pie, metió su libro de álgebra a su mochila y salió del salón, Alec se quedó completamente congelado, ya se imaginaba porque Magnus está ocultando tras aquellos artículos ridículos que antes habían pertenecido a su hermano...

Esa mujer...

Esa desagradable mujer a quién miserablemente tenía que llamar suegra había vuelto a lastimar al amor de su vida.

Es que ¿cómo alguien podía ser tan malo?

¡Era su madre!

¿Cómo podía maltratarlo de tal forma?

Que Magnus quedara marcado cuál ganado no era justo, por supuesto que no, él se tenía que cuidar como la joya más cara del mundo, la más delicada porcelana, no para que lastimarlo de tal brutal forma, no era justo, por supuesto que no.

Con gran dificultad y demasiado distraído, el ojiazul terminó de dar su clase, por supuesto, la terminó mucho antes de lo que debería, pero no importaba.

Recorrió los pasillos buscando a su novio. No lo encontré.

¿Magnus Bane dónde demonios se había metido?

Frunciendo el ceño, el ojiazul caminó hacia donde sabía que se encontraba Catarina Loss, la mejor amiga y confidente de Magnus.

-Buen día Garroway, lamento interrumpir su clase –murmuró al entrar en el aula de literatura donde Luke Garroway dictaba aquella asignatura.

-No se preocupe señor Lightwood ¿en qué puedo ayudarle? –preguntó con divertida formalidad, pero ahora Alec no estaba de humor para bromas.

-Bueno, en realidad me preguntaba si me podría prestar un segundo a la señorita Loss.

Ragnor Fell, también amigo de Magnus, silbó por lo alto con burla.

-Ay azulita ¿ahora en qué lío te has metido?

La chica golpeó al joven de cabellos verdes con su libro antes de sacarle la lengua infantilmente.

-Cállate –espetó antes de salir con elegancia del salón junto con Alec, el cual se detuvo la mitad del pasillo.

- ¿Si? ¿Pasa algo malo señor Lightwood?

-No te preocupes Catarina, en realidad es algo más personal, se trata de Magnus.

Catarina frunció el ceño.

- ¿Ha pasado algo?

-Bueno, pues en realidad sí, de nuevo está utilizando accesorios.

La azulada chica suspiró.

-Su madre ¿no? De nuevo.

Alec asintió.

-Sí, eso me temo... eso sospecho al menos.

-No, conozco bien a Magnus, yo te lo puedo asegurar.

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