capítulo 3

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(ノ゚゚)ノ UN MES DESPUÉS \(^ω^\)



Trabajar en Lightwood Store fue tan malo para el moreno, en realidad fue excelente, aún trataba de ponerse sus mejores ropas, no eran muchas, pero aun así hacía el esfuerzo, para su suerte allí nunca había visto ningún miembro de la familia Lightwood, así que en el instituto todavía no se sabía que él trabajaba allí, era bueno, los únicos que sabían era Catarina y Ragnor, obviamente.

Por otro, lado su profesor de álgebra seguía insistiéndole que debía tomar tutorías, Magnus una y otra vez le reiteraba que aquello no le interesaba en absoluto y se retiraba sin decir nada más, Magnus se sorprendía de la insistencia de aquel ángel de ojos zafiros y cada vez que se negaba le dolía un poco, por supuesto que le hubiera encantado mejorar en el instituto y aún mejor, pasar más tiempo con aquel hermoso chico, pero simplemente no podía, intentaba prestar la máxima atención que podía en clase de álgebra, sí, está bien, se supone que debía esforzarse en todas las asignaturas, pero su mente iba de aquí para allá, organizando su agenda diaria, ir a su casa para tomar ropa decente para ir a su trabajo, allí estar hasta la hora de cierre y luego llegar a su casa, intentaba hacer sus trabajos escolares pero siempre terminaba quedándose dormido, muerto de cansancio por su hora laboral, pero sin poder descansar realmente al escuchar los quejidos de su madre y las pandillas cercanas a su barrio pelearse, siempre con el miedo de recibir un disparo por su ventana, suceso de una bala perdida.

¿Que si estaba frustrado?

Pues sí, demasiado, y sabía que debía corregir su vida pero lastimosamente no tenía tiempo de ellos, por eso casi siempre se quedaba dormido entre clases, aunque intentaba estar despierto en álgebra, no quería decepcionar a aquel ángel tan bello que era su profesor, y se esforzaba al máximo por intentar no ser tan inútil.

Magnus suspiró aliviado cuando la campana que anunciaba la finalización de las clases sonó, empacó sus cosas y casi logra salir pero...

-Señor Bane –llamó el maestro Lightwood –Magnus maldijo mentalmente, le encantaba hablar con su profesor porque le encantaba estar cerca de él, pero al mismo tiempo ya sabía que le iba a preguntar–. ¿Has pensado lo de las tutorías?

-Mire señor Lightwood, muchísimas gracias por preocuparse tanto por mí, pero realmente no me interesa, lleva un mes insistiéndome con lo mismo pero ya le dicho que no quiero, así que déjeme en paz o terminaré denunciándolo por acoso –musitó el moreno antes de retirarse con total dignidad aunque concierto dolor en el pecho.

Odiaba comportarse así con aquel hermoso ángel.



(っ˘ڡ˘ς)



Bien, esto es más de lo que se esperaba, tenía miedo y mucho, cuando había decidió seguir a Magnus Bane, no había esperado topar con que el muchacho viviera en un barrio de mala muerte, e incluso se había sentido culpable de haberlo acosado tanto, ahora parecía como si hubiera sido una completa molestia para el moreno, no quería ser una molestia, había pensado que quizás el moreno no quería esforzarse, pero no, detrás de todo ese rechazo a las tutorías al parecer había más. En ese momento Alec pensó que era tiempo de retirarse, por supuesto, si fuera una persona prudente, pero Alexander Lightwood no lo era, para nada, por lo cual aún con el miedo de estar en aquel barrio, permaneció estacionado frente al tráiler donde había entrado el chico, por supuesto, intentando camuflarse en el lugar para que el moreno no se diera cuenta que lo estaba siguiendo, cosas que era bastante difícil, no es muy común ver un Lamborghini rojo estacionado en un barrio como esos, pero bueno, Magnus estaba tan distraído que ni siquiera notó aquel lujoso auto, en cambio salió camino a su trabajo. Alec lo miró curioso, aquellas ropas que utilizaba el moreno no eran las más guay del momento, pero en comparación de cómo estaba vestido antes, el chico se veía genial, estaba peinado, con ropa planchada, limpia y excelentemente ordenado, incluso, observó Alec, el chico se había delineado la parte inferior de sus ojos. Se veía guapo, pensó el chico, aquel moreno era realmente hermoso.

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