Capítulo IX

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-Pronto vendrá Máx. -dice Ash feliz.

-¿Qué?

-Dijo que vendría para ver películas y se quedará aquí todo el finde.

-¿En qué momento hemos decidido eso? -pregunto cada vez más confusa.

-Pues cuando comíamos y tú estabas con tus nuevos amigos. Así que recoge el salón, está horrible.

Llaman al timbre y mi amiga abre la puerta.

-¡Buenas tardes bellas damas!

-¡Máx! -se tira encima para abrazarlo.

-¡Hey! -digo en forma de saludo desde el otro lado del salón.

-Traje comida, bebidas y mi maleta. -señala todo detrás de él. -¿Empezamos?

-Pues... -comienzo a hablar mirando mi pie.

Mientras pensaba una forma de excusarme llaman a la puerta, y se me para al corazón cuando veo a Máx dispuesto a abrir. Por favor que no sea Derek.

-¡Espera, yo abro! -corro hasta él, pero ya ha abierto la puerta.

Y ahí estaba Derek parado con las manos en sus bolsillos. Hay que admitir que esos pitillos negros y la camiseta blanca no le quedan nada mal.

-¿Nos vamos? -dice mirándome tan normal como si Máx no le estuviera asesinando mentalmente.

-¿¡Qué hace este aquí!? -me mira.

Yo abro la boca pero no sé qué decir.

-¿¡No me digas que tenéis una cita!? -pregunta Ashley emocionada. -¡Qué callado te lo tenías zorra!

-¿¡Una qué!? -grita mi amigo cada vez más enfadado.

-¡No es...! -hablo siendo interrumpida.

-Pues sí, es una cita, vamos McKenzie. -agarra mi mano y se dispone a salir del piso.

-¡Usa protección amiga! -grita tratando de contener a Máx que está por saltar sobre él.

-Tranquila tengo de sobra. -suelta divertido enseñando un par.

¿¡Pero qué le pasa a este hombre!?

-¡Ahh! Mi amiga ya no será virgen. -vuelve a gritar limpiándose una falsa lágrima.

Tapo mi cara totalmente roja y sigo caminando. Subimos a su coche y después de unos minutos en silencio habla.

-Así que eres virgen. -dice divertido.

-¡Cállate! ¿Y tú para qué dices que es una cita?

-Quería molestar a tu amigo. -se encoge de hombros.

-¿¡Y los condones!?

-Me pareció divertido. Además tengo que caerle bien a tu amiga para poder ir a tu casa sin tener que colarme.

-Me matarán a preguntas cuando vuelva.

-Pues quédate hasta que él se vaya. -dice despreocupado.

-Se queda todo el fin de semana.

-¿¡Cómo que se queda todo el fin de semana!? -frena de golpe y me agarro a lo que puedo para no salir volando.

-¿¡Estás loco!?

-No vas a estar en la misma casa que ese... Que él.

-Oh, ¿Y estar en la de cuatro vampiros sí?

-No podré chupar tu sangre si está ahí.

-Pues mejor para mí.

Seguimos discutiendo hasta que llegamos a la mansión.

¿¡Vampiros Y Hombres-Lobo!?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora