Capítulo XXXV

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-¿Me contarás ya qué pasó? ¡No has dicho ni una palabra desde que llegaste ayer, me tienes intrigada! ¿Te besó? ¿Te llevó a un paseo romántico?  ¿Se te declaró bajo la luz de la luna? -pregunta persiguiéndome por los pasillos de clase.

-¡No pasó nada Ashley! ¡Nada! ¡Cero! ¡Ni siquiera apareció ni dio señales de vida!

-¿¡Qué!? -ríe sin gracia. -Ese vampiro no tiene ni idea de lo que le voy a hacer.

-Está bien, no importa.

-¿¡Cómo que no importa!? ¡Nadie le rompe el corazón a mi mejor amiga y sale vivo! ¡Me da igual que sea inmortal, lo mataré! ¡Le enterraré en ajo! ¡Le haré tragar plata hasta que se le salga por los ojos! ¡Le....!

-¡Ashley! ¡Cállate nos mira todo el mundo!

-¡No pudiste tener tu cita!

-Sí que tuve una cita. -susurré más para mí que para ella.

-¿¡Con quién!?

Alguien se me tira encima a abrazarme por la espalda.

-¡Cosita!

-Connor.

-¿Estás bien?

-¿Por qué lo dices?

-Todos nosotros sabemos de tu cita con Derek.

-Genial. -me zafo de su agarre y sigo mi camino, por suerte no me sigue.

-McKenzie.

Ala, el que faltaba.

-McKenzie. -repite.

Le dirijo una mirada a mi amiga para que lo ignore.

-¡McKenzie por el amor de Lucifer, no me ignores! -toca mi hombro y le agarro haciendo que la quite de inmediato.

Sí querido, he vuelto a ponerme mis cosas de plata.

-¡Joder! ¿¡Tan molesta estás por no ir a una cita!?

Concentración Mc, ya casi llegas a tu clase, sigue así.

-¡Mírame al menos! ¡Insúltame! ¡Pégame! ¡Mándame a la mierda! ¡Haz algo! -grita nervioso.

Entré a mi clase lo más rápido que pude en cuanto la divisé, y me senté mientras oía fuera un golpe en seco contra las taquillas.

Me escapé cansada de evitar a Derek las últimas horas y fui a casa de Dustin. Le grité, le tiré todo lo que cogía y volví a casa para encerrarme a estudiar.

-¿Cómo lo llevas? -pregunta mi amiga entrando.

-Mal, voy a suspender.

-Me refiero a Derek.

-Mal, voy a suspender. -repito evitando el tema haciendo que suspire.

-Traje helado. -dice sacando una tarrina de su espalda. -Es tu favorito.

Me tiré sobre ella y le robé el helado.

-¿Y si viene?

-Grita y le sacaré de aquí.

-¿Va a seguir tratando de hablarme?

-Posiblemente, además aún te persigue tu padre y tenéis un pacto.

-¿Y si... Acabo con el pacto?

-¿Se puede?

-No lo sé, desde que lo creamos no hemos vuelto a hablar de él...

-No pienses mucho en ello y descansa, ya es tarde y mañana tienes examen a primera hora. -me abraza y se va a la puerta. -Te quiero amiga.

Me quedo un rato pensando y me levanto en dirección al cajón donde guardo las notas de Isaac, rebusco entre ellas hasta que doy con la que quiero, un número de teléfono. Después de marcarlo y dudar un momento hago la llamada.

¿¡Vampiros Y Hombres-Lobo!?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora