Capítulo XXXVIII

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-¡Suéltame! -digo revolviéndome. -¡Que me sueltes te digo!

Este hombre está tan enfadado que podría hasta matarme, y no le resultaría demasiado difícil porque hoy hay luna llena y soy completamente humana.

-¿¡Me estás escuchando!?

No sé a dónde me lleva y eso me pone más nerviosa.

-¡Si vas a matarme podrías haberlo hecho allí mismo!

-Por mucho que me gustaría en estos momentos no puedo hacerlo. -me suelta.

-¿Por qué, por el pacto? Pues rómpelo.

-El pacto no tiene nada que ver.

Miro a mi alrededor, estamos en lo alto del edificio al que vine con Isaac, genial.

-¿Qué me vas a hacer?

-Dustin tuvo una charla conmigo, pero viendo tus acciones veo que se equivocaba.

-Mira, al fin estamos de acuerdo en algo.

-¿Por qué no me contaste lo de Isaac?

-Ya lo dije.

-No, me refiero a que pasas tiempo con él.

-¿Por qué no diste señales de vida en nuestra cita?

-Porque no tenía ganas de ir a esa estupidez.

-Otra vez mintiendo...

-Estoy diciendo la verdad.

-No, yo sé la verdad y no es esa.

-¿¡Qué sabrás tú!?

-¿Ves? Isaac habría dicho lo que piensa realmente aunque significase tragarse su orgullo.

-¡Pues si tanto te gusta Isaac sal con él!

-Mira pues me encantaría.

-Pues ala, adelante, ya hemos terminado nuestra conversación.

-¡Pero hay un maldito problema que me mantiene a tu lado!

-¿El pacto? Lo romperé, así estarás tranquila y feliz con Isaac.

-Aunque lo rompas no puedo alejarme de ti.

-¿¡Por qué!?

-¡Porque te quiero!

Silencio otra vez.

Ala, ya lo he dicho.

-Mientes.

-¡No, no miento! Me gusta estar contigo, que me molestes todo el tiempo por diversión tuya, tenerte cerca y hasta la forma en la que me muerdes. ¡Por eso no me alejaré de ti por muchos tipos que vengan a mí, estúpido!

-Soy una creación del diablo.

-Me da igual, como si eres una cucaracha, si he podido con tu maldita bipolaridad podré con eso, ya ves lo estúpido que es el amor.

Y entonces me abraza con tanta fuerza que podríamos hasta fusionarnos, y toda la tensión desaparece.

-Dilo otra vez. -pide mirándome sin soltarme.

-¿Lo de la cucaracha? -bromeo.

-Idiota.

-Te quiero. -digo para después besarle.

El sonido de aplausos hace que nos separemos asustados.

-¡Sí! ¡Al fin! ¡Tanto esfuerzo por fin ha dado resultado!

¿¡Vampiros Y Hombres-Lobo!?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora