Capítulo XXI

103 12 0
                                    

De vuelta con Mc narrando.

No me podía creer lo que estaba viendo. Ashley seguía llorando hecha bolita en un rincón del sofá, y detrás de ella... Detrás de ella estaba el hombre que había hecho mi vida insoportable desde que tengo memoria. Erick, el director del orfanato me había encontrado.

Quise voltear y correr por si Derek seguía abajo en su coche, pero la puerta había sido bloqueada por dos chicos enormes.

-Gracias por todo Ashley. -le dijo dándole palmadas en la cabeza. -Nos vamos a casa Mc.

-¡No! -grito tratando de zafarme del agarre de los chicos que me arrastraban a la salida. -¡Ash! ¿¡Qué ha pasado!?

Ella se limitaba a mirar hacia abajo mientras yo lloraba y gritaba que me ayudara.

-Tus tíos vendrán a buscarte pronto Ashley, tranquila.

-¡Ashley! ¡Llama a Máx! ¡O a Derek! ¡Por favor!

-Ella no te va a ayudar, ha sido la persona que me ha dicho dónde estabas.

Abro mucho los ojos, mi propia y única mejor amiga me había traicionado.

-¡ASHLEY WOODS! ¿¡CÓMO HAS PODIDO!? -gritaba tan fuerte que me dolía la garganta, pero me daba igual. -¡ESTA RELACIÓN SE HA TERMINADO! ¿¡ME OYES!? ¡NO VUELVAS A PENSAR EN MI EL RESTO DE TU MALDITA VIDA!

Todo se volvió negro cuando rompieron un jarrón en mi cabeza para que dejara de dar patadas y golpearlos a todos.

Desde entonces llevo aquí casi tres días.

Me habían encerrado en una habitación apartada de las demás, con una cama hecha asco, una ducha sucia y con suerte me traían algo de comida como castigo por escaparme y dejarle un ojo morado a Ryan, el ayudante de Erick.

La cosa había sido así: me estaban llevando a rastras por todo el edificio mientras yo gritaba todo tipo de insultos y forcejeaba, cuando me empujaron dentro de este cuarto me giré con rapidez y le golpeé en el ojo, claro que él no se quedó atrás y me abofeteó con tanta fuerza que caí al suelo.

-¡Juro que cuando consiga salir de aquí lo vais a pagar muy caro! -grito aporreando la puerta.

-¡Cállate de una vez hija de puta! -contesta Ryan quien vigilaba la puerta.

-¡Hija de puta tu madre capullo! ¿Por algo estás aquí no? ¡Haciendo su trabajo olvidó ponerse un condón y por eso te abandonó aquí! ¡Porque eres el hijo que nunca quiso tener! -alzo más la voz mientras golpeo con más fuerza la puerta de metal. Hasta tengo un poco de sangre en los nudillos pero me importa menos que una mierda

Abre la puerta de golpe.

-Te vas a arrepentir de eso, voy a divertirme un rato contigo. -dice cerrando la puerta detrás de él.

Bien. La puerta ya no está cerrada con llave. Ahora solo tengo que librarme de Ryan que ya está sobre mi sonriendo pervertidamente y salir de aquí lo más rápido posible.

Mientras trataba de desabrochar mi camisa, llevé mis manos al bolsillo trasero de su pantalón y le saqué las llaves sin que lo notase, luego le di un rodillazo allá donde la luz del sol no puede llegar y se tiró al suelo agarrándose su amiguito. Corrí hasta la puerta y tras salir la cerré con llave.

Ya había conseguido hacer la parte fácil, ahora venía lo difícil, escapar sin ser vista. Recorrí los pasillos tan rápida y silenciosa como Flash, pero por desgracia uno de los ayudantes de Erick me vio.

-¡Hey! ¿¡Qué haces aquí!?

Nos miramos unos segundo corrí en otra dirección.

-¡MCKENZIE SE ESCAPA! -grita avisando a los demás y largandose a correr detrás de mí.

Cosa que había funcionado porque todos los niños salieron de sus habitaciones para verme con caras de sorprendidos. Sí bitches, McKenzie ha vuelto.

Otro de ellos aparece al final del pasillo, por suerte hay un segundo y giro rápidamente, pero choco con Ryan.

¿Cómo mierda se escapó tan rápido?

-Ese truco ya no te va a funcionar McKenzie. -sonríe agarrándome del brazo.

Le di una patada a uno que se acercaba para atrapar mi otro brazo.

-Ni me toques rata asquerosa. -le digo a la vez que doy un codazo a las costillas de Ryan.

Y me suelta, pero tirándome contra la pared haciéndome daño.

-¡Serás zorra! -hace una seña a sus dos colegas que me cogen de los brazos.

Hala, pues de vuelta al maldito cuarto.

-¡Soltadme idiotas!

Todos van saliendo de sus habitaciones para vernos con miedo, saben que si se rebelan les pasará lo mismo que a mí. Uno de los que se asoman me mira muy sorprendido.

-¿Mc?

-¡Zac! -le sonrío.

-¿¡Qué demonios haces aquí!?

-Ashley me traicionó. -no me da tiempo a seguir hablando ya que me vuelven a encerrar.

Zac había sido el único amigo que me ayudó aquí dentro, incluso me enseñó a defenderme de estos idiotas, de hecho iba a escaparse conmigo pero decidió sacrificarse cuando Erick casi nos descubre. Cuando ya estuve lo suficiente lejos y me reuní con Ashley lloré a mares. Inmediatamente decidí que si me escapaba de aquí de nuevo no sería sin él.

Estaba ideando un plan cuando una bolsa de patatas se desliza bajo la puerta. Corrí a por ella.

-¡Mc! -susurró Zac desde el otro lado.

-¿Zac? ¿Qué haces aquí? ¿No se supone que me vigilan día y noche?

-Bueno, al parecer ahora no. ¿Qué es eso de que Ashley te traicionó?

-Llegué a la casa que habíamos comprado y la encontré hecha bolita y llorando mientras pedía perdón como cien veces. Cuando miré detrás de ella  ahí estaba Erick, le dió las gracias por haberle ayudado a encontrarme y se la llevaron con sus tíos. Yo le gritaba que llamara a uno de nuestros amigos o algo pero Ash simplemente miraba hacia abajo.

-Eso es raro.

-Ya no se puede confiar ni en tus mejores amigos. -respondo comiendo de las papitas.

-Te ayudaré a salir de aquí, Ryan te odia tanto que hasta es capaz de matarte a golpes.

-Hombre gracias por los ánimos.

-No es nada que tú ya no sepas.

-Pero si me voy tú te vienes conmigo. Y esta vez me da igual todo lo que me digas, si tú no sales de este edificio, yo tampoco.

-Está bien... Tengo que irme, oigo pasos.

-Nos vemos pronto. -digo sonriendo.

¿¡Vampiros Y Hombres-Lobo!?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora