Es algo de lo que contigo carezco. Ahora estarás en plan "no me digas" total, y es comprensible. No puedo esperar a verte, te insisto cada dos por tres y no paro de pensar en cuándo voy a verte la próxima vez. No te doy paciencia de mi parte porque realmente no tengo. Pero ¿cómo debo controlar mis ganas de verte? No puedo esperar a tocar esos dedos tuyos, acariciar la palma de tus manos, sentirlas en mi piel, ni puedo esperar a escuchar tu voz sin ser mediante unos cascos que llevo durante todo el tiempo. Tampoco puedo esperar mucho para ver tu mirada. Tus ojazos, que aún no escribí solo para ellos y está por hacer... tu sonrisa y esos labios que tanto elogio en mis pensamientos. Irina... no puedo serte paciente y es verdad, y lo sé porque nunca lo fui con las cosas que realmente me gustan. Estás ahí, en la categoría de "realmente me gustas" y tener paciencia para volver a verte sería hasta ¡una falta de respeto!, no te estaría teniendo en lo mas alto de mi lista de prioridades si te tuviese paciencia con la mentalidad pobre que tengo ahora. Y quizás pueda cambiar esto y no verlo de esta forma pero hasta que ese día llegue, quererte implicará tenerme impaciente de verte cada segundo que paso sin ti. Te quiero.