Si de mi dependiese controlar la luna, esta sería tuya. Las estrellas llevarían tu esencia durante todas sus vidas y la luz que tanto brilla de nuestro sol estaría ahora entregando calor a tu sonrisa. Sin embargo esto está repleto de ironías. La luna ya es tuya porque es lo que tu eres para mi, eres tu quien ilumina mis noches y días igual que lo hacen también las estrellas. Las estrellas de hecho, también llevan ya tu esencia, y es más, tu misma estás hecha a partir de una estrella por lo que tu misma llevas esencia de estrellas en tu interior.
Las partículas, los elementos que se forjan en el corazón de estos gigantes quedan huérfanos cuando la estrella misma llega al final de sus días y con un último esfuerzo reparte sus creaciones por todo el universo tirándolos lo mas lejos posible. Estos elementos, una vez enviados a un viaje casi eterno a veces encuentran atracción en los sitios menos obviados. Se juntan entonces entre ellos, formando materia, acumulando fuerzas, energía, creando así densidad y complejidad que solo sabemos explicar como una casualidad. Sin embargo es para mi obviado que cada una de estas partículas nos forman a nosotros, son fruto de nuestro proprio pasado, cuando lo único que fuimos eran átomos sin dueños para luego convertirnos en algo tan complejo que a muchos les da miedo explicar y los que quieren hacerlo se encuentran con retos nunca antes vistos. Pero a pesar de todo, a pesar de que nosotros somos tan viejos como el proprio universo y la existencia, nos encontramos hoy aquí en este mundo, mi materia sintiendo solo atracción por ti y tu, mi vida, dándome lo que solo las estrellas podrían.
