Llevas un par de horas encima de mi cuerpo, estirada en el sofa, durmiendo como un ángel. No puedo evitar mirarte de vez en cuando. Tus ojos cerrados son como el mar de noche, tus labios asomandose al lado de tu nariz, finos y de un color mas que atractivo me llaman para besarlos, tus dedos, pequeños y gentiles descasando cerca de tu boca, tu pelo cae sobre mi ropa y toca parte de mi piel provocandome un agradable sentido de realidad contigo a mi lado. Te quiero.