Pietro Maximoff 🌚

5.3K 252 13
                                    

Abrí los ojos al sentir unas manos intrusas por debajo de  "mi" camiseta de pijama y pequeños mordiscos en mi cuello.
Sabía perfectamente quién era. Pietro, mi novio.
—Buenos días, princesa—gruñó en mi cuello.
Al hacer eso, su aliento chocó contra mi cuello, haciendo que me estremeciera, él lo notó y lo sé porque lo sentí sonreír sobre mi cuello, luego prosiguió con su trabajo de hacerme chupetones.
—Pietro—siguió—, Pietro, para...—casi no pude acabar.
Me giró y colocó cara a cara con él, tenía el pelo revuelto y despeinado, se notaba a kilómetros que acababa de despertar.
—¿Por qué?—susurra en mi cara.
—Me quiero duchar—le guiño un ojo y lo capta.
Pone una sonrisa traviesa y en menos de un segundo estamos en el baño, la ducha ya está encendida y el agua caliente ya empaña los cristales.

Me giro para empezar a desvestirme, me quito la camiseta de Pietro, suelo dormir con ellas, siento una nalgada.
—¿No tienes paciencia cierto?—pregunto burlona.
—No, mucho menos cuando se trata de ti sin ropa en la ducha—se acerca por detrás—. Déjame quitarte la última prenda.
Solo asiento, coloca sus manos en mis caderas, estamos de frente con el espejo, en el cual ese ven nuestras figuras borrosas, debido al empañe.
Comienza a subir sus manos, con delicadeza, por mi espalda, una de ellas la pasa por debajo de mi brazo, llegando a mi pecho, con el cual empieza a juguetear. Con su otra mano, vuelve a bajar, hacia mi trasero, lo aprieta.
Usa su velocidad y me arranca las bragas.

Me besa, una y otra vez hasta que pierdo la cuenta y la cordura.
Ya estamos en la ducha, yo, acorralada contra la pared y su cuerpo.
Mi cuerpo con sus manos, yo mientras, agarro su pelo y acaricio su bien formado abdomen.

Volvemos a la realidad menos de un segundo. Hay un toqueteo en la puerta.
—Stella—mierda, es mi padre.
Pietro, me miras estado, de repente se pone blanco. ¿Quién no? Mi padre está al otro lado de la puerta y yo apunto de tener sexo con mi novio, el cual, mi padre, ni siquiera sabe que lo es.
—¿Stella?
—Si, ¿Qué pasa?—¿Ahora que hago?
—¿Sabes donde esta el chico veloz, cariño?—si, papá, está a punto de tener sexo con tu hija.
No, lo siento.
—Stella Rogers—mierda—¿Si dices que no lo sabes, por qué está su ropa de ayer en el suelo de tu cuarto?—mierda, mierda y más mierda.

Miro a Pietro frente a mí con los ojos como platos, sabemos que vamos a morir. salgo de la ducha y cojo una toalla para enrollarla en mi cuerpo desnudo. Pietro, me sigue y hace lo mismo.
—Estoy esperando una respuesta, señorita rogers—no le voy a decir que esta conmigo en el baño.
—Es mi novio.
Pietro casi se desmaya. Cada vez se pone más blanco, como su pelo.
—¿Hace cuanto?—joder.
—Cinco meses—, me siento en el váter y Pietro en el borde de la bañera.
—¿¡QUÉ!?—suspira tan fuerte que lo escuchamos—¿Por qué no sabía?
—Porque te enfadarías.
—Maximoff, se que estás ahí. en 5 minutos en la sala de estar—hubiese tenido una mejor reacción a una puñalada en el pecho.

Si Pietro, por suerte, no murió en Sokovia por culpa de Ultrón, lo haría ahora por culpa de mi padre, Capitán América.

One-Shot MarvelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora