Deseo

9.2K 1.7K 797
                                        


— ¿Conoces a ChanYeol?

— Sí.

— Bueno, tiene lógica, él trabaja allí.

— Ya no —su rostro desinteresado volvió a cambiar a uno curioso—, al menos no como guardia.

— Explícate.

— ¿De verdad no sabes nada?

— Hace mucho tiempo que no sé nada de él. El muy maldito ni siquiera ha tenido tiempo de hacer una llamada a su viejo amigo.

— Porque no ha podido. Él ahora es... lo que quizás se llame un prisionero.

— ¿Qué? —quedó atónito y se sentó en la cama junto a mí— ¿Cómo que es un prisionero?

— Intentó ayudar a un chico a huir y acabó... —antes de poder terminar mi frase me vi interrumpido por él.

— ¡Será imbécil!

— No es imbécil, sino la única persona cuerda que hubo allí trabajando —no dijo nada más, guardó silencio y pareció meditar la información que le hube proporcionado—. ¿Le ayudarás?

— ¿Qué? —alzó una de sus cejas y pareció reí levemente— Él se lo buscó.

— Pero... —agarré su brazo y tras correr su mirada de mis ojos hasta mi mano, apartó el hombro y deshizo mi agarre— Por favor.

Sin añadir nada más se levantó cuando su móvil sonó y fue a atenderlo. Mis pequeñas esperanzas volvieron a caer, no debí aferrarme a esa opción cuando el mismísimo ChanYeol me había advertido que el tipo le importaba más su trabajo que la vida misma, y viendo aquellas cartas de embargos, lo pude entender, pero, ¿cómo podía alguien ignorar todo ese sufrimiento e injusticia sólo por dinero?

Saber la respuesta me darían arcadas, siempre eran las mismas y debía comenzar a convencerme de que estaba sólo en todo esto, ni siquiera mis amigos podrían estar de mi lado, con o sin sus ayudas la historia era la misma. Todo era inútil.

— JiYong viene a por ti —dijo sin siquiera mirarme y se sentó en el sillón donde todas las noches durmió y se dedicó a ver con más detalle esas cartas.

Cuando, efectivamente, JiYong llegó y terminó de hablar con el doctor, volvió a la habitación para sacarme de allí. Al parecer me habían dado el alta después de tres semanas de reposo y con la medicación correcta y el cuidado que necesitaba, podría irme ya, pero sinceramente nada de aquello me importaba, no necesitaba de ningún cuidado, menos de medicamentos que sólo alargaban mi tortura. 

Debí ser yo quien recibió aquellas balas, debí ser yo quien cayera al suelo y empapado en sangre muriera de una vez por todas.


[...] 

Era gracioso cómo llegué nuevamente a este lugar oscuro. Cuando me vestí y me sedaron, ataron mis manos y me bajaron del hospital completamente oculto, se sentía como flotar en una nube donde sólo tu alma era la pasajera, pues cada extremidad se sentía muy lejos de mi cuerpo, pero tenía consciencia de mis ojos, o al menos un poco mientras luchaba por no cerrarlos. Llegué a ver la luna en todo su esplendor, había olvidado lo majestuosa y hermosa que se veía acompañada de todas esas estrellas, estaba completamente llena y hasta podría asegurar que demasiado cerca; aunque no podría asegurarlo porque quizás era parte del efecto secundario del sedante, pero la imagen valió incluso siendo una mentirosa ilusión.

Dentro del camión continué luchando por no caer dormido y así poder ver dónde me encontraba a la hora de salir, quería ver al menos qué había tras esos muros, pero como era natural, terminé dormido y para cuando desperté ya estaba en la habitación que solía vivir desde que JiYong se le antojó comprar mi vida.

18m² [JiKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora