Pesadillas

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Ver como la piel se desprendía y tiraba de la carne que se desgarraba mostrando como el hueso se separaba de la extremidad, me obligaba a ocultar mis ojos, no podía ver más, pero aún sin ver, pude sentirlo y oírlo todo; el goteo sin cesar de la sangre cayendo al suelo, el crujidos de los huesos desprendiéndose, incluso el dolor de los tendones rompiéndose. Grité al compás de cada desgarro, desprendimiento y cada goteo.

— ¡JungKook! —oí mi nombre en la oscuridad, como una mano salvadora que pretendía sacarme de ahí— ¡JungKook, despierta!

Abrí mis ojos sobresaltado, tenía una gruesa capa de sudor en todo mi cuerpo, pude notarlo cuando pasé mi manga por mi frente y ésta quedó empapada. Rápidamente giré mis ojos hacia Jimin, quien estaba pálido y tenía sus manos en mis mejillas.

— Lo siento.

— JungKook, ésta es la cuarta vez que te despiertas así.

— Sólo son... pesadillas —Jimin me tumbó junto a él y me abrazó—. No quiero volver a dormir.

— Sólo quiero abrazarte.

Las pesadillas jamás habían cesado desde que dormía bajo estos techos, pero hasta ahora la intensidad no había sido tan grande. Las veces que me despertaba gritando no eran demasiadas y, la mayoría de estos horribles sueños, era consciente de que estaba durmiendo, tan sólo tenía que soportar o intentar obligarme a despertar. Esto había cambiado hace poco, las pesadillas aumentaron y no había pasado más de dos días, seguramente. En mi mundo de oscuridad y no tan fantasiosa, apreciaba como cada uno de mis compañeros morían delante mío, cada uno de una forma diferente y más cruel que la anterior. Por ejemplo, no dejaba de ver como a JiWon lo desmembraban y abrían en canal, a YiXing lo golpeaban prácticamente hasta la muerte, a Ten lo violaban, a Yuta lo quemaban hasta convertirlo en cenizas y a Jisung lo maltrataban hasta el punto que desaparecía entre el tumulto de personas y luego no quedaba nada de él. Al único que aún no había presenciado fue a Jimin y, al menos, lo agradecí.

En mi mente había como un especie de reloj de arena que a medida que el tiempo pasaba, no sólo caía la arena y se iba agotando el tiempo, sino que sentía todo ir a peor. Eso había conseguido colarse en mi cabeza tan profundamente que era imposible intentar buscarla para deshacerme de ella. Mi miedo aumentaba con cada grano de arena que caía, como si sintiera que algo de lo que desconocía y no esperaba fuera a ocurrir, siendo mi subconsciente el único enterado.

— Quiero volver a la otra habitación —dije y Jimin me buscó con la mirada algo desconcertado.

— Creí que... estabas bien aquí conmigo.

— Y lo estoy, estar contigo es lo mejor del mundo —sonreí levemente cuando al abrazarlo olí su aroma.

— JungKook, ¿con quién soñaste esta vez?

— Con JiWon.

— Él ya no... Y que estés allí no cambiará nada. Preferiría que estuvieras aquí, no quiero que te pas-...

— Lo necesito —lo interrumpí.

— ¿Voy a tener que suplicártelo? —me despegué de su cuerpo y lo miré fijamente— Sinceramente no quiero que te vayas. Quiero tenerte aquí, entre mis brazos.

— Pero..., ¿y si estas pesadillas son... alguna señal?

— Estás asustado, JungKook. El temor es la principal causa de una pesadilla. Yo también las tengo, y creo que a los demás chicos le pasarán lo mismo.

— Pero... —siseó y me besó.

Aunque las palabras y gestos de Jimin intentaran calmarme, ese algo, aún muy profundo de mí, seguía inquieto y aterrado. Su voz me mantuvo despierto por las próximas horas, las suficientes antes de que alguien más lo ayudara, entrando en la habitación y quedando algo perplejo al vernos en la cama prácticamente abrazados. Otra silueta, justo detrás de la suya, entró también y su gesto fue mucho más duro. Tanto NamJoon como JiYong quedaron inquietos en el lugar, NamJoon por no entender demasiado y por sentir la ira a su lado, y JiYong, la ira en persona en ese momento, pareció intentar controlarse inútilmente antes de dar unas zancadas y sacarme de la cama y de los brazos de Jimin.

18m² [JiKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora