A, b y c

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— ¿Horquillas? —pregunté mirando el par de pinzas de pelo sobre la palma de su mano. KyungSoo asintió y las puso en mi mano, cerrando ésta en un puño— ¿Qué debo hacer con ellas? —a parte de sentir el cálido tacto de sus manos, también sentía el pulso acelerado de mi corazón justo en mi garganta, nervioso por lo que vendría ahora.

El chico bajo tan sólo palmeó mi mano bien cerrada y se levantó dispuesto a irse. No comprendí nada, me quedé como una estatua de rodillas mirando la puerta que se abrió y se cerró nuevamente cuando él salió. 

Que KyungSoo no fuera a decir palabra era algo que ya sabía, pero al menos imaginé que me explicaría algo con sus gestos, pero no, no obtuve ninguna indicación por su parte. Otra opción que llegué a pensar es que Jimin conocía sobre esto y él me daría las indicaciones correctas y claras, por lo que me levanté rápidamente abandonando completamente mi comida y corrí a llamarlo.

Para mi mala suerte éste no respondió, pero lo hizo al rato, al parecer estaba dormido porque escuché los muelles de la cama justo cuando vino hasta el agujero.

— ¡Jimin hyung!

— ¿Qué ocurre?

— ¡Lo tengo!

— ¿Qué tienes?

— ¡Nuestra llave a la libertad!

— ¡Shh! —siseó ante mi imprudencia— Baja la voz, JungKook —mordí mi lengua al darme cuenta del tono de voz que estaba usando. No era precisamente alto, pero sí sobrepasaba esa línea base que no podíamos permitirnos cruzar.

— Lo siento, fue... la emoción.

— Está bien. Explícame eso de lo que hablas.

— KyungSoo vino hoy a traernos la comida y me dio esto —intenté mostrárselo por el agujero.

— ¿Eso son horquillas? —asentí— Entiendo...

— ¿Qué pasa?

— JungKook..., eso de las horquillas puede que sirva para la puerta pero... —se hizo un silencio que no llegué a esperar tan largo, pero me mantuve en mi posición pendiente de su voz y de lo que fuera a decir—, ¿y luego? ¿Has pensado cómo salir de aquí? Hay guardias y más puertas.

— No lo sé. De hecho yo pensé que habría algo más pero tan sólo me dio esto... —suspiré perdiendo esa emoción que hacía unos minutos se palpaba en el aire.

— Habrá que confiar en él.

— ¿A qué te refieres?

— Puede que esas horquillas sólo sean el principio.

— Oh —miré el par de horquillas mientras meditaba las lógicas palabras de Jimin. Tenía razón, KyungSoo se había propuesto a ayudarnos, él era la clave de todo y el más experimentado, necesitaba su tiempo para calcular todo milímetro a milímetro—. Tienes razón, será mejor que esperemos.


[...]

— Espera, espera, no entiendo.

Y así terminamos. Tras varios días después, KyungSoo entró en la habitación con unos temblores en sus manos poco usuales. Los cuencos tiritaban entre sus manos y los vasos de agua sirvieron más para limpiar el suelo que quitarnos la sed a nosotros, pero no podíamos reprochárselo, pues tenía razones para andar así.

Había llegado el plan de escape.

En un principio esperé más utensilios que usar pero luego vi que sólo fue hasta una de las camas, la retiró sin hacer ruido y con mi cuenco de comida en sus manos, metió un dedo y comenzó a dibujar algo. Yo tan sólo seguí con mis ojos aquellas líneas pintadas con papilla que parecía ser un camino de indicaciones con a, b, y c, además escribió unos números que seguramente correspondían a unas horas. En ningún momento ninguno de los dos dejamos de mirar a la puerta, a quien teníamos a YiXing con la oreja pegada por si escuchaba algún movimiento.

Xiǎoxīn* —musitó lo bastante fuerte para que nosotros lo escucháramos y el tono perfecto para que no se oyera afuera. Y aunque había dado el aviso en chino, pareció que todos entendimos ante la advertencia. KyungSoo se levantó rápido y se alejó mientras yo ocultaba el dibujo inacabado. HeeChul entró sin echarnos demasiada cuenta y se llevó al repartidor de comida del brazo.

Nuevamente solos, retiré la cama y me quedé viendo el dibujo, algunas zonas no estaban señaladas con demasiada comida y parecía estar desapareciendo al secarse. Tenía que mantener que la comida quedara impregnada en el suelo y no desapareciera, para ello me llevé las próximas horas repasando cada línea, letra y número, dejando mi comida a un lado pero alimentándome un poco del cuento de YiXing, quien no se separó de mí ni un segundo, observando el mapa o lo que quiera que fuera y grabándolo en nuestra memoria.

Después de que Jimin aceptara unirse a la causa y que KyungSoo accediera a ayudarnos a pesar de ser el que más riesgo corría, les conté a todos la idea y cómo había conseguido un poco de ayuda exterior, claro que no tenía un plan para contarles, pero ese era el trabajo de KyungSoo, el cual acabó al día siguiente. Lo malo, que sería difícil entenderlo.

— ¿Cómo vamos a tener en cuenta los minutos si no disponemos de ningún reloj? —preguntó JiSung por todos nosotros. KyungSoo comenzó con gestos rápidos a explicar lo que entendí como que uno de nosotros deberá centrarse únicamente en contar y no perder la cuenta.

— Eso es demasiado... —musité y miré a todos, deteniéndome expresamente en Ten— ¿Deberías hacerlo tú? —Ten frunció el ceño y rápidamente JiSung comenzó a explicarle lo que debía hacer. Hasta a día de hoy, JiSung era el que mejor entendía a Ten, incluso llegó a aprender un poco de tailandés— Sólo Jimin, JiSung y yo nos vamos a poder dar señales ya que nos entendemos, es por eso que mejor será que Ten... —miré ahora al mayor de todos— y YiXing cuenten por si alguno de los dos falla.

KyungSoo gesticuló algunas advertencias, resaltando más que nada las horas y dónde debíamos estar. La verdad es que ninguno de nosotros conocíamos ninguno de esos pasillos, sí, la mayoría los habíamos recorrido a ciegas, pero no teníamos una imagen clara y mucho menos cuando en el mapa de papilla había dibujado unas escaleras, las cuales no tuve ni que preguntar por ellas. Definitivamente subiríamos para salir, no existía salida aquí abajo, pero, ¿dónde daba ese punto final del mapa?

— ¿Cómo sabes tantas cosas? —oí a JiSung preguntarle a KyungSoo. El chico sonrió de medio lado y se encogió de hombros, quizás porque no era necesaria una respuesta, pero era tan clara como decir: tiempo.

— ¿Crees que... consigamos escapar? —pregunté serio y todos, incluyendo a los extranjeros que aunque no entendieron muy bien mis palabras sintieron nuestra tensión, clavaron sus ojos en KyungSoo. El par de ojos más grande en esa reunión, cayeron levemente y simplemente asintió— Lo intentaremos —lo animé posando mi mano sobre su hombro y asintió con una pequeña sonrisa.

Poco tardó en aparecer HeeChul y llevárselo como siempre. Nosotros, por el momento, sólo podíamos esperar hasta su siguiente visita y contarle todo a Jimin, quien por supuesto participaría y debía saberse todo tanto como nosotros. Él no podía ver el mapa pero yo se lo explicaba al pie de la letra, con cada intersección, punto importante, hora exacta y último punto; el cual sería nuestra vía de escape.

Jimin no puso ninguna queja, de hecho sólo preguntaba y preguntaba sobre el plan, añadiendo él algunas ideas y cómo deberíamos movernos. Él, al igual que KyungSoo, eran los que mejor conocían este lugar y quienes estuvieron en cada esquina, pasillo o habitación, eso era un buen punto a favor para nosotros.

Con los nervios atacando cada articulación de mi cuerpo, aquella noche no dormí nada, me quedé dibujando a la perfección el mapa en mi mente. Lo más seguro es que no volviéramos a tener una oportunidad así, mañana sería como vivir o morir.

— Relájate, JungKook, todo saldrá bien —me dije a mí mismo en un leve susurro, con los ojos cerrados sin apartar ese dibujo de mi mente y con la mano en el pecho por la leve punzada de la excitación y el miedo mezclado.




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Xiǎoxīn*: significa "cuidado" en chino. 

18m² [JiKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora