Sentir que eres transportado a otro lugar con sólo sentir unas caricias, era lo más mágico que había experimentado jamás. Los labios de Jimin me daban una sensación única, la cual en mi vida había sentido, ni siquiera con YoonGi, la yema de sus dedos rozar en mi piel me hacía levitar elevándome lejos de este oscuro agujero, era como un ser mágico hechizándome bajo sus encantos, teniéndome a toda merced sin siquiera tener la fuerza para detenerlo.
Pero, ¿para qué engañar?, no deseaba detenerlo y no era consciente si lo que hacíamos estaba bien o no, si con el tiempo se volvería un tanto peligroso y doloroso, pero aquí estaba, sobre su cuerpo, besándonos y sus manos impregnando de calidez allí por donde tocaba.
Jimin ladeó su cabeza para tener más acceso a mi boca y con poco esfuerzo fue empujándome hasta quedar boca arriba y con él ahora encima mío. Seguíamos moviendo nuestros labios al compás del deseo que iba creciendo en nuestros cuerpos, pronto dejó de ser algo delicado para empezar una pequeña lucha de lenguas cual destino no era más que el de hacer gemir al otro. Mis manos recorrían su espalda buscando desesperadamente el final de su camiseta para introducirlas dentro y así poder sentir su piel bajo mis manos, en cambio, las suyas, más rápidas que las mías, ya estaban bajo mi ropa, acariciando intensamente mis costados, subiendo poco a poco y luego volviendo atrás en el camino.
— A-ah... —gemí cuando con una de sus manos agarró mi muslo y lo levantó acercando más nuestras pelvis—. ¡Ah, Ji-Jimin, no hagas eso! —cerré mis ojos con fuerza cuando esa mano traviesa había dejado de sostener mi muslo y había ido entrando en terreno más peligroso, rozando mi entrepierna con una intensidad tan mínima que hasta dolió la falta de tacto que tuvo, como si estuviera tentándome.
— Shh —siseó sobre mis labios y los volvió a atacar, dejando que mis gemidos quedaran sumergidos en nuestras bocas. Su mano, aún en mi entrepierna, se hizo paso bajo el pantalón y tocó sobre la ropa interior, provocándome un calor casi insoportable.
— Po-por favor... —rogué alzando mi cabeza por la placentera punzada que había subido desde mi miembro hasta todo mi cuerpo. Jimin aprovechó mi cuello ahora más al descubierto y mordió para luego besar cada una de esas suaves mordidas.
— Voy a quitarte la camiseta —susurró en mi oreja y me estremecí por su aliento.
Sin tiempo a una respuesta, agarró de la comisura y tiró hacia arriba con decisión. Volvió a besar mis labios y despeinó aún más mi pelo, el cual había quedado muy revoltoso al sacar la camiseta. Lo vi sonreír levemente alzando su mirada hacia arriba y no pude evitar golpear suave uno de sus costados, obligando a sus ojos volver a conectar con los míos, quedándonos inmóviles por unos largos segundos.
— Te quiero —susurré lo suficientemente en alto para que él pudiera oírlo. Con un calor tan intenso en mi interior y una felicidad tan desbordante por haberme atrevido a ser tan claro con él que como acto reflejo lo abracé con fuerza, con una sonrisa de oreja a oreja y mi cuerpo implorando por ser uno con él.
Pero algo cambió.
Cuando mis brazos se aferraron a él pude notar cierta tensión en todo su cuerpo, sus manos habían dejado de acariciar el mío y su rostro parecía hundirse en mi cuello.
— Mierda —soltó de repente después de algunos minutos de silencio que no supe cómo interpretar. Acto seguido lo oí resoplar fuerte contra mi cuello, hundirse más en él y aferrar todo su cuerpo al mío como si de una almohada se tratara—. Lo siento..., no sé qué estoy haciendo.
— ¿Eh?
— ¡Joder! —apretó más aún su abrazo— Debemos detenernos aquí.
— ¿D-detenernos? —al fin levantó su cabeza y la dejó a pocos centímetros de la mía. Simplemente asintió y terminó por levantarse, dejándome como una estatua helada en pleno invierno y en mitad de un parque frío y desolado. Lo vi levantarse y pasar su palma por todo el rostro, luego se giró para enfrentarme.
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18m² [JiKook]
Fanfiction❝¿Dónde estoy?, me pregunté cuando desperté con un agudo dolor de cabeza en un lugar completamente desconocido. Mis ojos divagaron por el oscuro lugar en busca de reconocimiento, pero no era más que una simple habitación con unos pocos muebles viejo...