Horquillas

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— ¿Estás bien, Ten? —le pregunté en cuanto me trajeron de vuelta a nuestra habitación y Ten corrió hacia a mí abrazándome, incluso se adelantó al pequeño quien tuvo el mismo impulso.

— Sí.

— ¿Qué te hizo? —JiSung me abrazó en cuanto Ten se separó de mí y lo rodeé con mis brazos, acariciando su cabello para darle algo de tranquilidad.

— Eh..., pu... —balbuceó sin saber cómo explicarse, por lo que se mantuvo en silencio e hizo gestos para explicarme. Como respuesta a sus movimiento saqué en conclusión que tan sólo lo había ayudado a bañarse y que un par de veces, quizás, rozó sus manos con su entrepierna, pero nada más.

— Ten, lo que pasó en la habitación... Sólo fingí —frunció el ceño ladeando su cabeza. No me había entendido y era lo que ya me esperaba—. No importa, lo importante es que estamos bien. —intercambiamos una cálida sonrisa y YiXing se acercó para palmear nuestras espaldas a modo de apoyo.

Ellos y Jimin eran todo lo que tenía aquí dentro, casi tan importante como la familia que me esperaba fuera. Se habían convertido en un pilar crucial en mi vida y aunque quizás no era una gran idea, ya que ninguno conocíamos nuestro futuro aquí, nos necesitábamos fervientemente.

Tras unas horas después, en las cuales mis tres compañeros estaban sentados en las camas e intentando comunicarse entre ellos, yo me encontraba sentado en el suelo frente al agujero como ya era costumbre. Creí que Jimin volvería a la misma vez que Ten, pero no, me pregunté miles de veces dónde podría estar o qué estaría haciendo, las opciones no eran muy variadas así que algo podría imaginar, aunque me dolía tener que usar la lógica.

Algo que también me dolió fue ver una parte de mí en los reflejos de sus ojos, una parte que estaba enterrada y que no esperé desenterrar aquí mismo. También estaba la posibilidad de estar malinterpretando mis propios sentimientos, pero cuando los conoces y ya los has vivido, difícil es equivocarse, pero..., ¿por qué? ¿De verdad me había sentido atraído hacia Jimin? ¿Realmente, cuando me intenté acercar más a él, era para... besarlo? ¡¿Quería besarlo?!

Negué con mi cabeza y apresé mechones de pelos entre mis dedos. Imposible, mi cabeza no podía estar ahora pensando en sentimientos amorosos, éste no era el lugar ni tampoco la persona. Jimin era un adulto que antes de acabar aquí estaba prometido, tenía una futura mujer y encima es padre. ¡Por no decir que es heterosexual y además me saca siete años!

No, no, no, no.

Lo estaba confundiendo todo, tan sólo era necesidad por su cariño, por sentirme protegido y cálido junto a él.

Y también estaba YoonGi...

— ¡¡Aagh!!

— ¿Hyung..., estás bien? —la voz de JiSung cortó toda conexión con mis pensamientos y lo agradecí porque me estaba volviendo aún más loco.

— Estoy bien, JiSung, no te preocupes —suspiré por lo bajo y conseguí que esos tres volvieran a lo suyo, lo malo, que mi mente volvió a atacar de nuevo, pero el ataque no duró más que unos escasos segundos cuando la cerradura de la puerta se abrió y entró quien había desaparecido todo el día; HeeChul.

— No tardes, ¿vale? —dijo con una extraña voz y, más que nada, falsa sonrisa, lo cual era raro en HeeChul. KyungSoo, a quien había ido dirigidas esas palabras, entró asintiendo y, tras cerrar la puerta, sus ojos me buscaron.

— ¡Comida! —gritó YiXing la primera palabra que había aprendido de JiSung.

KyungSoo repartió la comida a cada uno y cuando tuvieron sus cuencos se fueron a sentarse sobre la cama, también había repartido un poco de leche en unos vasos de plástico como había ordenado el doctor. Con mi porción se demoró más de lo normal, subiendo su mirada hasta la mía y luego bajándola de nuevo a la comida. Era como si quisiera decirme algo pero, evidentemente, no podía, al menos no con la boca.

18m² [JiKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora