— Bien, escucha con atención, no me gusta repetir las cosas dos veces.
Lo seguí con la mirada mientras lo veía caminar de un lado a otro de la habitación. En cuanto el día junto a Jimin había acabado, Kris me obligó a salir y me llevó de vuelta con el hombre llamado JiYong, acabamos en una habitación como la del otro día y, sin decir nada hasta ahora, me quedé a la espera sentado en el borde de la cama.
— Estuve pensando en la noche y decidí imponer algunas... —se quedó mirándome fijamente con sus manos a la espalda y su cabeza ligeramente ladeada como si estuviera estudiando cada uno de mis gestos— reglas.
— ¿Cómo dice?
— Tan sólo será mientras nos conocemos.
— ¿Es consciente de lo que está diciendo?
— Claro que lo soy.
— He sido secuestrado —me levanté de la cama y caminé hasta quedar frente a frente, quedando claro que a pesar de nuestra gran diferencia de edad, nuestra estatura no lo era tanto—, torturado, insultado, tratado como un saco de patatas, he visto morir gente aquí dentro, dañar a mis amigos y... ¿Y dice que va a poner reglas? —negué con la cabeza— ¿Sabe por dónde puede meterse sus reglas?
— Mira que eres testarudo —agarró mi cuello con cierta fuerza, pero no retrocedí—. Pero aprenderás que la mejor opción es la que siempre te daré, que mis ideas y oportunidades serán lo único que tengas. Acabarás aceptándolo —deshizo el agarre y fue hasta una mesa para coger su café y beber un poco mientras se sentaba en una silla y cruzaba sus piernas—. Avísame cuando quieras oír mis reglas —bufé y me volví a sentar.
Comenzaba a preguntarme más cosas de las normales, desconocía el tiempo que había transcurrido pero por los gruñidos de mi estómago fue fácil deducir que demasiado, incluso me costaba retenerlos y que no se escucharan en toda la habitación. Por otro lado, JiYong se pasó todo el tiempo ojeando papeles, haciendo llamadas un tanto escalofriantes o quedándose viéndome fijamente.
Estaba claro que intentaba una vez más verme arrastrado hacia él, que le pidiera mientras sonreía victorioso y consiguiera lo que desde un principio planeaba, sin embargo, desconocía contra quien estaba jugando. Podía ser muy cabezota y orgulloso cuando quería, así tuviera que sacrificar, por ejemplo, mi alimentación para que mi dichoso estómago callara.
— ¿Fumas? —preguntó sacando un cigarrillo y un mechero. Yo negué y terminó por encenderlo y dar la primera bocanada— ¿Nunca lo has probado? —volví a negar— ¿Quieres probarlo ahora? —negué nuevamente— Ya habrá tiempo —fruncí el ceño sin entender y decidí ignorarlo desviando los ojos hacia otro lugar, quizás así volvería a pasar de mí.
Y lo hizo, más de lo que pensé. De nuevo desconocí todo el tiempo que pasó, mi estómago pasó de ser un león quejica y gruñón a uno agónico y furioso. Necesitaba comer algo, así fuera un pequeño trozo de pan duro, pero tener que pedirle y pisotear por enésima vez mi dignidad me abstenía de hacerlo.
La puerta sonó al otro lado y JiYong fue a abrir, dándole paso a KyungSoo, éste traía una bandeja entre sus manos... vendadas. Alcé la vista hasta su rostro y vi magulladuras y arañazos, incluso tenía un ojo oculto por vendas. Preocupado, hice el intento de levantarme pero JiYong estaba observándome desde su asiento así que intenté disimular tanto como pude, viendo a KyungSoo desde lejos como dejaba la comida sobre la mesa y hacía una reverencia antes de salir.
¿Qué le habría pasado?, era lo que más me preguntaba. Incluso llegué a recordar cuando HeeChul dijo que, tanto KyungSoo como ChanYeol, estaban indispuesto para aquella cena que tendrían que haber hecho. La curiosidad y la preocupación me carcomían por dentro, pero ésta no duró demasiado cuando el rechinar de los cubiertos sobre el plato me desubicó y volvió a despertar la bestia que habitaba en mi estómago.
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18m² [JiKook]
Fanfic❝¿Dónde estoy?, me pregunté cuando desperté con un agudo dolor de cabeza en un lugar completamente desconocido. Mis ojos divagaron por el oscuro lugar en busca de reconocimiento, pero no era más que una simple habitación con unos pocos muebles viejo...