Fanfic ganadora en el concurso #yoursawards2022
❝Kim Seok Jin es un omega que acaba de ser trasladado luego de haber pasado la mayor parte de su vida en el extranjero; y Min Yoon Gi es -para muy mala suerte suya- el nuevo compañero de cuarto con el...
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Releí una y otra vez los mismos mensajes: buscando pistas, analizando huellas.
No lo entendía. Yo, de verdad que no lo entendía. ¿Encerrarme? ¿A qué se refería con eso? ¿Era alguna clase de frase metafórica? Y, lo que es más, ¿qué pretendía con la alusión a Min? ¿Yoongi escondía más de lo que mi comprensión humana podía alcanzar? Verdadero mentiroso..., a estas alturas ya nada me sorprendía, sin embargo, deseaba saberlo. Una sutilidad imperceptible se aunaba en mi pecho con persistencia voluble. ¿Cuántos secretos más podría amarrar con la yema de mis dedos? ¿Había más? Si así era, estaría encantado de apresarlos.
—Hyung, ¿todo bien? —preguntó un adormilado Woozi. Asentí con una calmada sonrisa, agitando el teléfono como excusa y aproximándome al colchón luego de abandonar el mismo en el velador que nos acompañaba. Me correspondió con una comisura elevada en felicidad y prontamente se halló acurrucado en mí, volviendo a caer en brazos de Morfeo. Palpé su tersa cabellera en vagos pensamientos, tupido de malas sensaciones. Miré de reojo a Yoongi, que incluso durmiendo fruncía el ceño ligeramente. También le acaricié el pelo y pasó exactamente media hora antes de que pudiera descansar con precisión.
Woozi y Yoongi me hacían sentir en casa. Incómodamente cómodo a pesar de las adversidades.
Jungkook odiaba al mocoso. Se sentía desplazado y lo había demostrado. Jimin no estaba mejor.
¿Que por qué estoy hablando de las personas con las que peor relación he tenido hasta ahora? La razón no es muy rebuscada. En simplificadas palabras, Kookie se había encargado de besarme los talones hasta cuando nos encontrábamos en los baños. El chico se estaba esforzando de una manera sobrehumana, insistiendo hasta el cansancio respecto a la idea de buscar mi perdón. ¿Y Jimin? Bueno, Jimin podía acercarse al cuarto cuando quisiera. Mal por mal, seguía siendo el amigo más cercano de Yoongi..., de aquello no cabía duda.
—¡¿Por qué esa cosa sigue aquí!? —gritó Jungkook, histérico. Tae lo retuvo por la cintura mientras Woozi le hacía muecas de mal gusto. J-hope miraba todo con debida calma mientras Jimin acariciaba su pelo. Sonreí, jugando con el pequeño rubio acomodado en mi regazo. Kookie me atravesó el alma, respirando entrecortado y con insana furia— ¡Suelta a mi hyung! —chilló con insistencia, empujando a un aburrido Taehyung. ¿Ahora era su hyung? Dios, qué mocoso más insensato. Al menos Woozi no tendría el descaro de comerse a mi pareja a mis espaldas. Y no, no estaba resentido.
¿Yoongi? Él estaba escondido en el baño a la espera de que Jungkook se fuera. Porque sí, esta reunión masiva tenía una razón de ser.
