Fanfic ganadora en el concurso #yoursawards2022
❝Kim Seok Jin es un omega que acaba de ser trasladado luego de haber pasado la mayor parte de su vida en el extranjero; y Min Yoon Gi es -para muy mala suerte suya- el nuevo compañero de cuarto con el...
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—¿¡Qué mierda crees que haces?! —cuestioné, acercándome a paso decidido. Tomé de las mechas a Woozi, apartándolo de un escandalizado Zelo. Este último tenía las pupilas dilatadas y, antes de que pudiera siquiera recriminarle su comportamiento inadecuado con MI niño, ya tenía a Kidoh contra él. Gritaba obscenidades, un conjunto de garabatos no muy admirables de escuchar o incluso de contar... Kidoh estaba malditamente enojado y nadie en la sala podía entender a qué se debía su molestia. ¡Estaba más irritado que yo, YO que era casi el padre oficial de Woozi! De cualquier forma, compartí cada opinión que había salido indudablemente de su boca, pero; también decidí y preferí ignorarlo.
Al otro lado del círculo de viciados: bebidas, alcohol y drogas..., estaban otros chicos de distintas facultades. Reconocí a Luhan -un muchacho del equipo de fútbol-; Xiumin -el capitán del mismo-; Jackson, amigo tanto de Yoongi como de Namjoon, -riéndose con viveza mientras palmeaba la espalda de mi ex-; Joonie que yacía ajeno a todo y roncando; también estaba..., ¿Zico? Aplaudiéndole a Yoongi, gritándole cosas tales como ''campeón, Dios, líder, mañana te pago''. Alfas imbéciles, caramba.
Me percaté de que Jimin golpeaba insistentemente a Taehyung; y de pronto, este chico, ¿Baekhyun? Se acercó a Min antes de clavar sus labios en los ajenos. Puta mierda.
Aparté la vista, suspirando decepcionado. ¿Qué más se podía esperar?
—No puedo creer que lo hayas besado, imbécil —le di una cachetada a Zelo, no lo suficientemente fuerte para lastimarlo pero poniendo todos mis sentimientos en ello. Quizá, sólo quizá, la furia de ver a Min compartiendo saliva con otros individuos..., había conseguido que intercalara mi enojo contra Zelo—. ¡Es un niño! —exclamé histérico. Varios me miraron burlones, algunos con desagrado y otros con indiferencia. Yo vendría a ser el clásico aguafiestas que, ¡se molestaría en levantar su humanidad -del televisor- para ir a acusarlos con la policía!, ¡maldita sea que sí!
—¡Estúpido niño marica! —chilló Kidoh en medio de un llanto incomprensible, agarrando la copa y tomándosela de un soplido cuando vio que a Zelo le valía mierda la situación. Silbé, tomando la cintura de Woozi y cargándolo en mi hombro. Sentí una mirada pesar sobre mi espalda. Traté de examinar al dueño de la misma; me sorprendí levemente al ver a un chico asiático cuyos ojos eran los de un occidental, acatando en mi dirección, sonriendo burlonamente a medida que repasaba a Woozi como si quisiera devorárselo con los ojos. ¡¿Qué le fisgoneas, fisgón?!
