❛White Night❜ 🠔 {YoonJin}ܟ

06. ❛Et l'amour satisfait, qui vous rend idiot❜

Cuando el otoño había anunciado su regreso temporal, fue también cuando iniciaron las clases de tipo social. Inclusive yo, que no era muy fan de ir detrás de un montón de tertulias sin sentido, me hallaba acompañando a Jungkook de aquí para allá; quien a su vez se agarraba desesperadamente de Tae. Me sentía ofendido. ¡El enano había empezado a confiar en Taehyung como si fuera su mano derecha! ¿Y yo? Solo como un vil perro.

—¿Yoongi? —musité, entrando al cuarto y encontrándolo vacío. Observé su cama, encontrándome con un diario que siempre lo había visto cargar. Con curiosidad, me acerqué— Su cuaderno de notas —y sonreí torpemente; tomándolo antes de, pausado, continuar página tras página, apreciando el montón de figuras que se esparcían en una horrible caligrafía por el papel. Blancas, corcheas, ¿eso era una redonda? Sorprendentemente, no dibujaba tan mal como escribía. Aliviado, repasé las planas con una lentitud imprescindible.

Había una fecha escrita.

''Mis padres fueron conmigo la primera vez que vi al psiquiatra

Consiguieron el asesoramiento conmigo, dijeron que apenas y me conocían

Ni siquiera me conozco a mí mismo, ¿así que quien puede conocerme?

¿Amigos? No. ¿Amantes? Como sea, no me conocen.''

Continué las hojas, absorto en cada letra. ¿Era alguna clase de diario privado? Incluso Yoongi podía tener esta clase de pensamientos...

—¿Qué mierda estás haciendo, omega entrometido? —graznó el dueño del diario, su cercanía volviéndose nula cuando me percaté de su presencia. Me sobresalté, impresionado. Llevé mi mano hacia mi cuello por instinto y luego lancé el cuaderno por debajo de la almohada. Pero, ¿qué coño importaba? Ya me había visto. De todas formas, ¿cuándo había entrado?— ¿Acaso yo he revisado alguna de tus mariconerías? —interrogó molesto, su quijada encogida como la mierda— Puedes joderme con cualquier putada, pero con esto no. Esto es algo personal. Y esta vez no me importará si eres inferior a mí —vociferó, tomándome de la muñeca con rudeza. Lo inspeccioné, avergonzado. De acuerdo, eso definitivamente no había estado bien. Pero, mierda, no pude evitar husmear por interés... Por necesidad. Me sentía en la necesidad de actuar como su protector. Quería saber cada maldita cosa que escondía de todos... Y sobre todo, de mí. Quería acunarlo en mis brazos como si se tratara de un niño pequeño y no de un futuro profesor de música. Quería intentar verlo como si fuera mi hermano pequeño. Quería ayudarlo, ¡quería! Todo lo quería.

Asentí lentamente, empujando mi muñeca hacia mí. Él mostró una hipócrita sonrisa antes de soltarme con brusquedad y pasar por mi lado, tomando su cuaderno y regalándome una mirada desafiante antes de desaparecer por la puerta.

—¿Por qué haces esto? —cuestionó Jungkook, incrédulo. Suspiré.

—Me siento muy mal por lo que hice. Al menos déjame hacerle un pequeño obsequio —ronroneé disgustado, agachando la cabeza y depositando al pequeño Kumamon en el velador. Hice lo mismo con el chocolate blanco, enrollándolo sobre los brazos de la particular mascota como si el mismo estuviera ofreciéndolo. Jungkook me miró extrañado.

—¿Y por qué eliges a ese oso feo? —gruñó disgustado— Dudo que esa cosa pueda gustarle a alguien, ¡es perturbador! —y me arrebató al mencionado de las manos, mirándolo como si el sólo hecho de hacerlo le causara un irremediable miedo.

—¡Porque me gusta su cara de oso feo, por eso! —chillé indignado, quitándoselo y acomodándolo en el sitio al que pertenecía. Honestamente, esa bestia también me hacía poner de hielo. Sus ojos eran enormes y... Pareciera como si te observara fijamente, vayas a donde vayas. Pero había oído decir a Jimin que a Yoongi le hacía mucha gracia... Así que lo compré. Esperaba que Jimin no le hiciera algún regalo similar, porque quedaría absolutamente al descubierto; aunque y de todas formas, no es como si el menor me lo hubiera dicho directamente. Sólo había presenciado la escena mientras él hablaba con un desconocido chico a mis ojos, detrás de uno de los estantes de la biblioteca. ¿Eso contaría como cotilleo y husmeo?