—T-tuyo —gimoteé, tendido bajo arrugadas sábanas blancas. Me sentía envuelto en afrodisíacos, repentinamente afiebrado. Sellé mis ojos. No quería ser visto con burlonería, no quería que me mirase de reojo con desprecio. Mi decadente naturaleza no debía ser motivo de orgullo ni aceptación al desliz, ¿verdad? Porque yo no quería un desliz.
No quería una mera transgresión, una vileza sin más. Yo necesitaba verme rodeado de amor duradero, que cause la envidia de Cupido y la nostalgia de Eros.
Escabulló sus manos en mis muslos, piernas destrenzadas que se arrimaron a su cintura. Mi vientre sintió cosquillas raudas y tomé con espesura sus labios. No era suficiente, necesitaba más. Tomar su piel blanca, lamer tibiamente sus hombros, susurrarle al oído gemidos aunados en regocijo. Aureolar su torso, sobrevolar su espalda y elegir la ruta del vicio. Y las ideas nunca se acababan. Entraba una tras otra, la anterior menor a la próxima. Imaginé en sus pestañas el descanso de mi corazón y el enmarañado lecho volverse tema de habitual secuencia.
Sonrojado, mordí mi comisura. Era densa, la corriente que pedía era densa. Sus mejillas reposadas, la sombra de sus orbes, océanos sin olas decorándole la cara..., un dibujo singular incitándome al cariño. ¿Podría alguien imaginar el deseo que me arrollaba? Min Yoon Gi me hacía sentir un deseo deplorable. Min tenía el control total de mi cuerpo. Mi alma y mi conciencia no tenían sentido si no estaba él. Toda la caracterización de amor se volvió mierda cuando apareció tan desgraciadamente en mi vida.
—Omega —respiró vacilante, apresándome con una sonrisa intermitente. Su cabello caía despeinado hacia adelante. Lo tomé, dudoso, jugando con sus hebras. Cuando no aguanté nuestra poca comunicación visual y decidí observarlo, me hallé sonrojado hasta la médula—, omega —ronroneó otra vez, gustoso. Estaba satisfecho.
Le gustaba decirlo. Le encantaba tratarme como si fuera suyo.
Y a mí no me molestaba.
Desgraciadamente, no lo hacía.
—¡Hyung! ¡A-abre la puerta! —chilló alguien, sacándonos de nuestra estúpida burbuja de amor.
Me alejé rápidamente, sintiendo miseria al verlo parpadear con tranquilidad. A medida que se acercó a la puerta, dadeé, tomando mis muñecas nerviosamente y rasguñando mis pantalones. Me levanté, inspeccionando a Jimin, quien se lanzó contra Yoongi sólo para empezar a sollozar contra su cuello. Mordí mi lengua para evitar las posibles groserías que nos invadirían; me senté en el colchón.
El momento se había roto. Se había quebrado cruelmente entre mis nudillos. Sentí mis ojos cerrarse por la impotencia que esto me producía y pensé sigilosamente cada opción probable antes de caer en cuenta que Yoongi no lo dejaría marchar tan fácilmente.
ESTÁS LEYENDO
❛White Night❜ 🠔 {YoonJin}ܟ
FanfictionFanfic ganadora en el concurso #yoursawards2022 ❝Kim Seok Jin es un omega que acaba de ser trasladado luego de haber pasado la mayor parte de su vida en el extranjero; y Min Yoon Gi es -para muy mala suerte suya- el nuevo compañero de cuarto con el...