La segunda noche después de aquella tan... Particular presentación, fue cuando los problemas continuaron. Primero que nada, Yoongi era en extremo un imbécil. Su actitud, lejos de mejorar, sólo empeoró. Y yo no hacía nada para solucionarlo. Lo miraba con cero confianza, rasguñando mi almohada a medida que lo atravesaba con la mirada. Era como tener a un cachorro maltratado observando a su dueño. Aunque él, de ser mi dueño, nunca.
No lo entendía. ¿Por qué debía ser tan grosero conmigo? Todavía recordaba sus palabras. Me trató de zorra, ¡me trató de zorra por el único hecho de ser omega! ¿Si hubiese sido alfa las cosas habrían sido distintas? Esperaba que no, porque si llegaba a enterarme que su trato hacia los superiores era mejor; juro que su cara no sería la única en terminar hecha pedazos.
—¿Qué? Espera, ¿qué mierda es ese tapizado? —gruñó mi amable compañero de habitación. Me detuve abrupto, girándome en su dirección con una sonrisa poco apática. Eran alrededor de las tres de la tarde. Ya había desayunado en la cafetería y ahora me hallaba ordenando las pocas cosas que me hacían falta. Pronto empezaría a hacer pegatinas y portafolios para decorar mejor mis útiles. Quizá usaría escarchilla o pinturas de óleo.
—¿Disculpa?
—No me hagas repetirlo, Seokjin —y me produjo escalofríos. Yo, siendo su hyung, debería recibir más que aquellas vacías palabras. ¡¿Por qué no estaba actuando como tal?! Esto era tan tétrico como imaginar a mi pequeño pastelito, Jungkook, tratándome como a un igual. Por cierto, debía llamarlo para saber si había llegado bien.
—Es rosado —balbuceé desconcertado. Mi confusión aumentó una vez sus risas se esparcieron histéricamente por todo el ambiente, dejándome más que aturdido. ¿Cuál era el chiste? No lo iba entendiendo y su risa era perturbadora.
—¿Qué? No, espera un momento. Tú no vas a colocar rosado, ni siquiera suplicándome de rodillas.
¿Suplicarle de rodillas? ¿Y esta bestia, de qué va?
—¿Se podría saber por qué no? Si mal no recuerdo, este es mi cuarto también. Quieras o no, lo haré de todas formas. —Traté de sonar lo más pacífico, realmente traté; pero entonces me encontraba mirándolo desafiante y de brazos cruzados. Agradecí ser unos cuántos centímetros más alto que él. En realidad agradecía que su tierna apariencia no me hiciera estallar en rabia tan pronto. No quería sonar miedoso, pero si su voz llegaba a ser todo lo contrario a su femenina presencia; estaría acabado. Nunca me caractericé por ser provocativo.
—Que tú seas maricón, no quiere decir que puedas gritarlo a viva voz. Menos que puedas contagiarlo, fenómeno —aquello lo dijo observando el montón de materiales decorativos que había traído precisamente para embellecer la fría habitación—. Abstente de ser tan ridículo —y elevó una ceja hacia mí, petulante. Irritado, me agaché para tomar uno de mis tantos zapatos y lanzárselo de tal modo que golpeara directamente su adorable carita de bebé maleducado. Y sonreí con ganas cuando lo encontré gruñendo.
Realmente me dolía lanzar mi preciado botín así. ¡Además lo había comprado en Rusia! Maldita sea. Pero, esto era una circunstancia de vida o muerte. Nunca en mis veintidós años de existencia me habían tratado con tan poco valor. Nunca me había permitido ser insultado o menospreciado, así que no dejaría que un mocoso capaz de sacarme de mis casillas en menos de cinco segundos, lo consiguiera al primer intento.
—Me gusta el rosado, así que memorízalo bien. No es algo por lo cual debas hacer comentarios erróneos o terminaremos teniendo discusiones que no vienen al caso. No soy maricón, así que deja los estereotipos de lado o tendré que tratarte como a lo que realmente luces... Una ridícula princesa hecha de porcelana —e incliné la cabeza levemente, encaminándome a la puerta a pasos presurosos. Quería verme respetado, pero también me preocupaba mi estabilidad física. Así que abandoné el sitio de un portazo, con los nervios a flor de piel. En el camino me encontré a uno de los chicos que habían venido ayer por Yoongi. Quise saludarlo, pero el aura que desprendía y la forma en que parecía querer devorarme con los dientes, me dejaron en claro sus pocas ganas de ser educado. ¿Quizá aquella aura también la tendría Yoongi en el momento que decidí arrojarle mi carísima bota de especial temporada invierno?
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❛White Night❜ 🠔 {YoonJin}ܟ
FanfictionFanfic ganadora en el concurso #yoursawards2022 ❝Kim Seok Jin es un omega que acaba de ser trasladado luego de haber pasado la mayor parte de su vida en el extranjero; y Min Yoon Gi es -para muy mala suerte suya- el nuevo compañero de cuarto con el...