Fanfic ganadora en el concurso #yoursawards2022
❝Kim Seok Jin es un omega que acaba de ser trasladado luego de haber pasado la mayor parte de su vida en el extranjero; y Min Yoon Gi es -para muy mala suerte suya- el nuevo compañero de cuarto con el...
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—¿Vernon, qué demonios haces aquí? —farfulló Jungkook, sorprendido. Se apoyó en la pared, cruzado de brazos y con la incredulidad a flor de piel. Había escuchado que Hansol estaba paseándose por los condominios; no pensaba que fuera real y ahora que lo veía en carne y hueso no sabía qué esperar exactamente. Ambos estaban en términos muy interesantes..., y si Jeon no tenía mala memoria, recordaría que el rubio no venía sólo a saludar y luego devolverse a su país natal.
—Vengo por tu estúpido amigo. ¿Sabes lo mucho que hace enojar a su madre con su comportamiento infantil? Tiene que madurar y saber lo que le conviene —respondió, mirándolo con la altivez que lo caracterizaba y deteniéndose sólo para tener una charla tranquila con el mejor amigo de quien podría considerar su pequeño jefe. Pretendía ir a la oficina del director por los archivos de Kim Seok Jin, pero esto era bueno también. Tantos meses callándose lo que lo corroía y por fin ahora se libraría de sentimientos negativos.
—No creí que de verdad vendrías... —refutó, removiéndose incómodo en su sitio. Ver al estadounidense tan fijamente a los ojos le provocaba una sensación de angustia y..., vergüenza. La memoria que quedaba de la última vez que se habían visto, lo decía todo. Jungkook no tenía ganas de evocar hechos y menos de lo entregado que había llegado a actuar. Por lo demás, se odiaban a muerte.
—Sólo le hago un favor —masculló, mirándolo receloso y con los ojos ligeramente entrecerrados.
—¿Un favor? Él quiere permanecer aquí. No eres nadie para impedírselo —ladró a la defensiva, señalándolo con un dedo y luego respirando intranquilo. Vernon siempre significaba problemas, siempre. Con sólo recordar las veces que intentó separar a su precioso hyung de sus brazos..., la sola idea lo enfadaba. Había tenido la oportunidad de desaparecerlo del mapa; y ahora estaba ahí, intentando estúpidamente que Jin volviera a Estados Unidos, donde desde un inicio no pertenecía. No, ¡Jin se quedaría con él y serían mejores amigos para siempre! O al menos intentaría que así fuese.
—Estoy tratando de protegerlo de ustedes, manada de imbéciles. Cuando él se entere..., Dios, te odiará más de lo que ya si no —mantuvo, entre postura. Sonrió satisfecho al ver la palidez del menor asentarse en su rostro. De acuerdo, eso no era parte del plan. Eso definitivamente estaba fuera de cualquier puto pronóstico. ¿Cómo mierda se había enterado...? ¡Él se había encargado de que no ocurrieran altercados, menos percances de esa magnitud!
