51.Marcus

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He llegado a tiempo. El Inspector estaba convencido de que el capitán actuaría de manera excesivamente violenta, por lo que finalmente decidió enviarme en el último momento.

En cuanto todo comenzó supe que lo mejor sería permanecer junto a él y estar a su lado hasta que todo acabe. Es un hombre sin escrúpulos y malvado pero tal vez en estos momento uno de los más poderosos del país. Obviamente no ha llegado a dirigir a parte del ejército por ser inspector de policía, sino por haber recibido numerosas condecoraciones en táctica militar y por ser uno de los mejores estrategas de la guerra de facciones. No, él no perdió la memoria.

Me sitúo entre los dos grupos y automáticamente los guardias bajan las armas. Después me giro, encontrándome inmediatamente con lo que tanto he tenido en las ultima horas, a Tobías y a sus amigos. Mis ojos se cruzan con los de mi hijo por un segundo hasta que aparta la  mirada. Nunca me perdonará.

O tal vez, después de esto comience a hacerle, un poco.

Marcus: Chicos, bajad las armas vosotros también. Aquí nadie va a dispararos ni un solo tiro.

Sorprendentemente la chica que apunta al suero obedece y baja su arma. Un par de segundos después Tobías hace lo mismo.

Marcus: Vamos a llegar a un acuerdo. Vosotros-digo señalando al grupo de Tobías- tenéis el suero y vosotros- señalo a los militares- los medios para multiplicarlo. ¿Dónde está el problema?

Uriah: No nos fiamos de ellos.

Tris: De vosotros, mejor dicho.

Marcus: Beatrice, esta vez no hay bandos. Estamos del mismo lado. Somos humanos.

Tobías:Está bien, te creemos.

Todos los amigos de Tobías le miran completamente sorprendidos por lo que acaba de decir, y no son los únicos, yo también me quedo impresionado y sin palabras durante unos segundos.

Tris: Cómo que le creemos?

Tobías: Dice la verdad. Estamos juntos en esto, nos guste o no.

Marcus: Estáis dispuestos a uniros a nosotros y a permitirnos ser los encargados de producir copias del suero a cambio de protección?

Tobías: Lo estamos- uno a uno sus compañeros asienten con la cabeza.

Capitán: Muy bien, pues seguidnos.

Los soldados nos escoltan hasta un par de furgones disparando a los pocos zombies que nos encontramos por el camino. La mayoría de los soldados y el capitán entran en una de las furgonetas y el resto, un par de guardias y yo en la otra. Era una de esas furgonetas dedicadas a trasladar presos a las cárceles, por lo que no vemos a los conductores.

El motor arranca y empezamos a movernos primero despacio, luego ya más rápido. Me gustaría aprovechar este momento para hablar con ellos pero evidentemente no puedo hacerlo debido a la presencia de los soldados.

Lo que sí puedo hacer es observarles detenidamente, uno a uno. No obstante, es Tobías quien acapara la mayor parte de mi tiempo y pese a todo no puedo dejar de sentir su mirada inquisitiva.

Tobías: ¿Por qué haces esto Marcus?

Decido ser sincero.

Marcus: Quiero redimirme.

Divergente zombieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora