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Conduzco hacia el sitio donde ocurrió mi accidente, la Kali Street, cuando llego hacia allí aparco el coche, bajo y corro hacia donde mi coche se salió del lugar.

Estaba observando todo cuando oigo una voz familiar de fondo, aunque no habla en mi idioma, sino que está hablando en italiano.

-¿Michael?- susurro para mí.

Cuando oigo pasos que se acercan a mi posición me escondo detrás de una montaña de neumáticos, asomó un poco la cabeza para poder ver con claridad que está pasando en este sitio, veo a Michael, el chico con el que me tengo que casar, hablando con alguien que no consigo ver con claridad ya que se encuentra de espaldas a mi y un tercer hombre que está con ellos.

Noto una mano sobre mi hombro y me tenso rápidamente, trago saliva y me giro lentamente para ver quién es el propietario de la mano. Al ver a quien pertenece la mano, suelto un suspiro de alivio y me relajo.

-¿Will que haces aquí?- le miro.

-Amy me ha dicho que te habías escapado y te he seguido -rie leve rascándose la nuca.

-¿Como? -le miro incrédula.

-Es... una larga historia, pero la cuestión es que te he encontrado, y estás bien, no quiero más sustos de tu parte Brooklyn.

-¿Ahora me llamas Brooklyn? -le miro alzando una ceja.

-Deja las tonterías y vamos a tu casa- me intenta tirar del brazo, pero veo como los tres de allí se mueven y tiro a Will al suelo- Brooklyn- dice alto pero le tapó la boca.

Le señalo a Will los Hombres con discreción, y asiente callándose la boca sin decir nada más, escucho con atención el diálogo que están teniendo los allí presentes.

-¿Y que va a pasar con Brooklyn Milller?- oigo como dice uno de los hombres.

-Esta controlada- contesta otra voz que tiene una pizca de familiaridad.

-Si tú lo dices, pero dejadlo todo a mi cargo- dice esta ves Michael, reconocería su acento italiano en cualquier parte.

-¿Estas seguro?- pregunta la primera voz.

-Es una simple niñata rebelde, todo bajo control- dice y se oye el ruido de un maletín cerrarse.

Luego puedo escuchar como se despiden el uno del otro y pasos hacia distintas partes, unos pasos se dirigen hacia la dirección en la que nos encontramos Will y yo, miro a Will nerviosa y él toma mi mano acariciandola para darme tranquilidad, cuando el hombre pasa por al lado consigo verle con claridad la cara y me quedo sorprendida.

-No puede ser- le digo a Will.

Brooke Donde viven las historias. Descúbrelo ahora