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Me giro y veo a mi abuela caminar hacia mi, se acerca y posa su mano sobre mi corazón, como si fuera a arrancarlo y de repente veo una luz al final de la carretera.

Me veo con la necesidad de caminar hacia esa extraña luz que brilla al final de la carretera, mientras mi abuela me sujetaba fuerte y no me dejaba avanzar hacia allí, yo la miro perpleja sin entender porque esa acción suya.

-¿Que es esa luz? -la miro y miro su mano que seguía en mi corazón

-Tenemos todo el día todavía, déjame tenerte unas horas más -me dice sonriendo

Asiento y aparta su mano de mi corazón, el cual se encuentra medio sacado de mi cuerpo, es una imagen un poco grotesca, a decir verdad. Nos sentamos en la carretera y mi abuela acaricia mi brazo como siempre solía hacer cuando yo era pequeña, eso me tranquilizaba mucho cuando había problemas en casa, siempre acudía a ella y ahora no tengo a quien acudir, por eso cuando la perdí me empecé a interesar por los coches y cuando descubrí las carreras nocturnas y tuve la por fin la oportunidad para entrar en ello, no me lo pensé dos veces.

-Se siente bien -sonrio.
-¿El que?- rie.
-Volver a sentir tu tacto -digo cerrando los ojos.

Coge un mechón de mi pelo y lo enrolla entre sus dedos y juega un buen rato con el, como si no quisiera soltarlo nunca de sus manos, porque eso significara dejarme marchar y ella no quisiera eso.

Después de varias horas así, mi abuela se levanta y me tiende la mano, la cojo y me mira fijamente a los ojos, con lágrimas en ellos y mira hacia arriba, yo también miro sin entender muy bien lo que está pasando, porque mira hacia arriba.

-¿Abuela?- pregunto asustada

-¡Shhh! Escucha Brooklyn -me mira y señala arriba

Escucho atentamente la conversación que esta teniendo lugar, en algún sitio muy lejano a donde me encuentro en estos momentos.

-La perdemos, la perdemos - se oye a gente gritar

-¡Corred! ¡Dejad  paso! La perdemos -otros gritan

Luego mi abuela gira mi cara y me hace mirar en dirección a La Luz, la cual ahora es más resplandeciente, de repente suelta mi mano y mi cuerpo se ve movido hacia esa luz, sin ni siquiera pensar camino hacia esa luz, cierro los ojos por culpa de La Luz.

Brooke Donde viven las historias. Descúbrelo ahora