Capítulo diecisiete

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Narradora:

Después de la llegada de Idally, Iker se reunió con Kiara, la hija de la manada vecina con la cual había un compromiso, el compromiso seguiría tal como habían acordado.

Estaba más claro que él no tenía la intención de presentarla, él no la quería del todo, él solo la necesitaba para no debilitarse, solo requería de una herramienta, de alguien que dependiera de él.

Iker sabia de las heridas de Romy pero a pesar de saberlas no se sentía culpable de ellas pues su pensamiento era más fuerte que sus emociones, él definitivamente estaba siendo el demonio en la vida de un ángel...

Narra Idally:

Su forma de ser, su manera de actuar, todo en él estaba maldito, no era que estuviera embrujado pero todo en él era oscuridad, daba miedo su presencia.

A él no le afectaba el haberme hecho daño, no era sincero, algo en mi me lo decía, algo me decía que jamás cambiaría, que él un peligro, que era destrucción pero aunque algo me lo dijera nada estaba asegurado

El ocasionaba miedo en mí, pero aun sabiendo eso, no era tiempo de huir, quizás era tiempo de intentar de dejar de escapar solo para protegerme...

Romy ese hombre me da miedo—expreso Daniel abrazándose a sí mismo

—No temas mi niño, yo siempre estaré para protegerte—acaricié su cabello

Te quiero Romy—respondió dejando un cálido beso en mi mejía

Toc... Toc.... Toc...

—¡Puede pasar!—Dije en voz alta.

La puerta se abrió dejando ver un rostro con semblante frío, la mirada vacía y la oscuridad completa detrás de una sonrisa...

¿Cuál es tu nombre?—me cuestiono mirando al pequeño en mis brazos

—Romina—respondí tan rápido como pude.

Ni siquiera se acordaba de mí, no recordaba nada, no sabía que me conocía desde antes.

Lindo el nombre—respondió—Él debería estar en su cuarto

cuando dijo lo último, lo dijo con voz fría.

—Se quedara conmigo—dije intentando que mi voz no demostrara temor y lo logré puesto que mi voz salió fría y enojada

El fruño el ceño al notar el tono en el cual le había hablado, no pareció gustarle el cómo le hable puesto que comenzó a caminar hacia mí y me jalo de la mano haciéndome parar rápidamente, al hacer esto el pequeño se vio obligado a pararse y retroceder por inercia.

Él tenía miedo, eso lo podía notar, el temblaba aunque su cuerpo no lo demostrara, su corazón latía a mil por minuto.

Iker pareció notarlo mientras me apretaba la muñeca.

Suéltame—gruñí con enfado intentando soltarme

—Cállate—gruñó con autoridad mientras me forzaba a avanzar—Acompáñame

Me jalo por los pasillos mientras yo intentaba no ir—No quiero ir—grité mirando hacía el cuarto donde nos encontrábamos Daniel y yo.

—Que camines Estúpida—gritó mientras me jalaba por las escaleras

terminé siendo arrastrada hasta su despacho, al ingresar en el me obligó a sentarme, se agacho cerca de mí, mientras me miraba fijamente.

—No quiero verte cerca de Karim—gruñó con enfado—lo mismo va para ese niño

Su enojo era evidente... Pero él no era nadie para gritarme, nadie para prohibirme hablar con ellos o acercarme.

Tú a mí no me das ordenes—grité con voz profunda.

Néme—Maldito, ¿Quién se cree que es? De haber querido ya hubiéramos salido de aquí, pero seguimos aquí porque no hallamos el lugar de nuestro cuerpo real.

—Tienes que seguir mis ordenes, te gusten o no. Aquí mando yo—respondió mientras elevaba mi mentón

Hice a un lado mi rostro y rodé los ojos sin que él me mirara—No lo haré solo porque tú lo digas

Su reacción fue peor de lo que esperaba puesto que me empujó haciendo que la silla se cayera juntó conmigo pero no solo eso, sino que se acercó y jaló de mi cabello.

Quería gritar pero no podía dejar que me viera débil—Obedecerás Romina, si quieres que nada ocurra—respondió mientras salía del despacho.

Idally [#1]©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora