Idally [#1]©

Capítulo veinte

Narradora:

Daniel estaba preocupado, pues el brillo en la mirada de ella se iba apagando, él no podía permitir que ella desapareciera, bajo por las escaleras despacio ocultando su presencia, al pasar por el despacho escucho la voz de Karim e Iker quiénes se estaban peleando.

Karim—¿Por qué demonios la has marcado a ella?—gritó

—Ella es fuerte, hermosa es simplemente la chica que hubiera querido—expreso con voz neutra Iker

Karim sonaba furioso—¿Y qué hay de Idally? ¡Ella también es hermosa!—respondió

—Ella es débil, sabes bien que la manada no necesita a una luna que nos haga débiles, necesitamos poder—menciono Iker con voz fría

Karim volvió a hablar—¿Desde cuándo piensas así Iker? ¿Qué no decías querer cambiarlo todo, qué todo iba a ser distinto?

—¿Dé que sirve cambiar las ideologías? ¡Si son ciertas! Esta manada será la numero uno, tendrá el más alto estandarte, el poder lo es todo aunque no lo creas—soltó casi a gritos Iker

Karim—¿Dónde queda Idally en todo esto?

—Jamás me ha importado lo que pase con ella, jamás he querido realmente estar con ella, no siento nada, me da lástima el solo verla—confeso

¿Lástima? Este tipo es de lo peor, ni siquiera me hace falta verlo para saber que en este instante debe estar con una sonrisa él muy estúpido—pensó el pequeño

Daniel no quiso quedarse a escuchar más, lo que había oído era más que suficiente para saber que debía encontrar el cuerpo real de ella, era una situación urgente.

Narra Daniel:

Idiota, estúpido—pensé, claramente Iker era mucho más que esas cuántas palabras

Salí de la casa del alfa, decido a ir en busca de su cuerpo, la esencia de su alma, el único problema era que no sabía dónde se encontraba.

[¡4 horas después!]

Mientras camina sin dirección alguna, una voz comenzó a hablarme.

¿Buscas el cuerpo de la joven Romina?—cuestiono una voz en la oscuridad

No podía saber quién hablaba pero tampoco era como si diera miedo saber lo que se encontraba detrás de aquella oscuridad

Si ¿sabes algo sobre ello?—le cuestioné

Te hecho un favor al ir a recuperar la esencia de ella, lo tengo justo aquí—dijo mostrando un frasco.

¿por qué alguien como tu querría ayudarnos?—pregunte con sospecha

No es que quiera ayudarlos, solamente he venido por mi prometida, si ella deja de existir yo desapareceré—explicó como si fuese lo más claro del mundo

Tú no eres su prometido, si lo fueras, me hubieran informado—hable fríamente

Prometido, porque yo la he elegido a ella, solo ella es precisamente la dama que podría adaptarse a mi mundo y yo con su ayuda al de ella—se mostró ante mi—Soy su futuro, ella el mío

Era un chico Pelirrojo, de ojos cafés, su esencia era fría, tenía un aura oscura pero también brillante, un chico que en pocos segundos termino mostrándose como un demonio, sus ojos cambiaron a rojos y su sonrisa era escalofriante

La necesito con vida, está marcada por mi desde que ella nació en aquella luna del mes de abril, es mi flor de mayo, la mujer que le pertenece al demonio—exclamo

Ella no puede pertenecerte, ella es loba, no es tu pareja, ¿Por qué ella?—le cuestioné

Como te decía es la única que puede adaptarse a mi mundo y puede hacerme adaptarme al mundo humano, por eso la escogí, sus hermosos ojos mostrando las puertas de la tiniebla, la oscuridad que está en ella debe ser controlada y soy el único que puede enseñarle a controlarla—sonrió de manera burlona para desaparecer

No sin antes decir.

Te doy su alma en el frasco, devuélvele su alma y recuerda: "Los favores no son de a gratis, todo favor tiene un precio."

Cuando me di cuenta el frasco que él tenía se encontraba en mis manos, entonces comprendí lo que él quería decir con sus palabras.

Él volvería por ella, él la salvaba pero en algún momento vendría por ella, en un futuro regresaría a buscarla, quizás no hoy, ni mañana, pero en algún momento lo haría.

Regrese por el mismo caminó por el cual había venido, comenzaba a amanecer, el sol se miraba hermoso cuando apenas salía, el color rojizo del amanecer era magnifico.

Cuando entre a la casa nadie se dio cuenta, en la sala se encontraba el estúpido del alfa mirando la televisión junto a una chica, seguro era a quién había marcado, subí lentamente las escaleras decidido a entregarle su esencia pero entonces una pregunta vino a mi mente.

¿Cómo logro meter la esencia de su alma en el frasco?—me cuestione

Sin embargo la pregunta era lo de menos, no había tiempo que perder, puesto que el tiempo no esperaba.