Capítulo treinta-siete

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Narradora:

Desde el cielo a lado de la diosa luna, Axel observaba a la joven que lloraba por él sobre su cuerpo, aferrándose al cuerpo inmóvil de él.

Diosa luna permítame volver—rogó y suplicó a la señora—Ella me necesita

La diosa negó con la cabeza—Ella estará bien, debe recorrer un largo camino

Por favor, se lo pido, Ella espera un HIJO mío, quiero estar con ella, ver al niño crecer y estar con ambos—expreso Axel apunto de llorar mientras veía como Iker le daba una cachetada a ella.

Estaba furioso, odiaba sentirse impotente pero lo que más odiaba era saber que la vería sufrir pero no podía hacer nada más que observar.

Ella no debe tener un hijo tuyo—aseguro la diosa luna—El niño debía ser hijo de su mate

Pero él no la quiere—grito furioso—Yo la escogí a ella, yo la amo.

Y yo le di una pareja, le di a Iker como su mate, porque cambiará por ella—afirmo la diosa

Pero ni siquiera la diosa luna estaba segura de eso, el hecho de que ella resultara pareja eterna de Iker no había sido más que obra suya, obra del destino que la diosa otorgaba a todos.

Axel la miro furioso—Pretendes mirar sólo como sufre, pretendes dejarla morir en sus manos—expreso caminando lado a lado del lugar.

Si las cosas se complican ya buscaré una solución—respondió mirando la escena—pero al parecer la quiere.

Axel miro la escena que miraba la diosa luna y para su sorpresa vio a Iker acariciando la mejilla de su mujer y dejando un beso sobre esta.

Rabia, dolor y celos, esos eran los sentimientos que tenía Axel en ese momento.

Él quería volver, quería abrazarla, Iker solo quería su poder, no la quería a ella, ya lo había demostrado.

Él no la quiere como yo la quiero—le grito a la diosa—porque se empeña en ponerlos juntos

Lo hago por el bien de todos, ella es algo incontrolable, si se sale de control destruirá todo a su paso, alguien debe controlarla—dijo seriamente—Y él es el indicado.

Yo también puedo controlarla—respondió el joven indignado—entonces... ¿por qué él y no yo?

La diosa luna lo observó y pensó en que diría—Lo elegí a él porque pienso que ella puede cambiarlo.

Eso quería creer la diosa luna, ella quería darle una oportunidad a Iker de cambiar pero quizás no todas las personas cambian.

Si nada sale como planeo, ya buscaré como solucionar todo—afirmo ella

Axel maldecía la forma en que pensaba la diosa luna, miro otra escena y la miro siendo castigada, le estaban dando con un látigo.

El joven cerró los ojos intentando no oírla gritar, intentando no llorar y de pronto no la oyó quejarse, miro la escena la vio con la mirada perdida, como la había visto en alguna ocasión.

Ella ya no se quejaba a pesar de los azotes que le estaban dando, aun cuando debían arderle como los mil demonios, la sangré que corría por su espalda, el dolor que sentía seguro era inmenso pero ella solo callaba, como si no le doliera nada y eso le partía el corazón a Axel.

Odiaba verla así, entonces miro a donde ella miraba y logro ver a varias personas, entonces él dijo: SEGURO ESTA PENSANDO:

«No debería quejarme de la vida que tengo, hay quiénes tienen una peor que la mía»

Axel la conocía a la perfección como para saber que ella en ese momento tenía eso en su mente y por ello no gritaba.

Pero a él le afectaba verla así, le dolía mucho y él quería volver con ella, abrazarla y sobre todo cuidarla.

Lo único que se lamentaba era NO poder cumplir su promesa de PROTEGERLA.

Idally [#1]©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora