Capítulo treinta-seis

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Narradora:

La joven se despertó en una habitación oscura donde la luz del sol era poca, se encontraba sobre una cama y lo peor era que estaba encadenada a esta.

Miro por todos lados confundida y de pronto todos los recuerdos golpearon su mente.

Él le había arrebatado todo lo que ella quería, le había quitado su felicidad, la estaba dejando sola y vacía para siempre.

Un grito desgarrador salió de la garganta de la joven—¡Te odio maldito!—grito fuertemente mientras intentaba liberarse de la cadena

El guardia la miraba con lástima, él sabía quién era ella, pero no era nadie para darle su opinión al alfa, por lo tanto se guardaba sus comentarios.

Guardia ayúdeme a salir—pidió la joven—se lo suplicó

El guarida solo negó con la cabeza mientras evitaba tener contacto con la mirada de la joven, sabía que ayudarla de traería varios problemas por ello prefería no mirarla, incluso prefería ignorarla.

Narra Idally:

Lo había perdido todo nuevamente, todo lo que tenía se había esfumado como si tan solo hubiera sido un sueño, uno de esos que al amanecer desaparece, mi vida perfecta y de ensueño se había ido al aparecer el monstruo de la historia.

Maldigo el momento en que me encontró, maldigo el instante en que no me dejo morir, porque en ese momento estaba saliendo viva de una muerte segura para meterme en un infierno que me consumiría más no me mataría.

Lagrimas comenzaron a bajar por mis mejillas, mi mente tenía su recuerdo, mi piel guardaba sus caricias, mi boca sus besos sabor a menta, él había sido lo único que me quedaba pero él me lo había arrebatado, las personas que quería estaban muertas...

Las habían matado.

Él no tiene corazón, él me metió en este infierno entonces seré quién gobierne su infierno y lo maneje a mi antojo.

Algo en mi comenzaba a estar mal, sabía que algo estaba pasando conmigo porque las lágrimas ya habían cesado, por más que me doliera ya no podía llorar, ya no podía hacerlo, me sentía apagada como si todo lo que un día había querido ya no significara nada.

Sentía que mi vivir ya no servía de nada, la vida estaba dándome igual de la noche a la mañana y el odio por él solo incrementaba.

¿Acaso es posible perder la motivación por vivir de un instante a otro?

¿Es posible odiar tanto a alguien?

La respuesta es sí...

Todo lo que tenga que ver con él es posible, porque hasta lo imposible él puede volverlo real.

El guardia me miró por primera vez, en su mirada había confusión y lástima a la vez, me saco del cuarto y me llevo a otro más cómodo, en este estaba él causante mi infierno.

Alfa la he traído—dijo haciendo una reverencia—aquí está.

El asintió y le pidió que se marchara—Es lindo volverte a ver cariño—expreso con una sonrisa de lado.

Quería borrarle esa sonrisa, gritarle que era un hijo de puta, que me estaba haciendo daño, quería llorar, pero ni las lágrimas ni mucho las palabras salieron de mis labios, solamente lo observe en silenció.

No sabes cuánto te extrañe princesa—hablo con la voz ronca—Hoy te presentare como Mi mujer y Mi luna, la luna de mi manada.

Es un maldito, solo piensa en eso.... Su manada esto, su manada lo otro... No piensa en el dolor que siento yo, solo le importa lo que él quiere.

No quiero ser la luna de esta manada—exprese en voz alta y molesta por primera vez.

¡Quieras o no lo serás cariño!—dicho esto se levantó de golpe y se acercó amenazantemente a mí y me dio un empujón.

Odiaba no poder defenderme, odiaba él ser una simple humana con solo un poder que ni siquiera podía manejar a mi antojó.

Lo mire mal, estaba enojada.

¿Quién se creía el para tratarme así?

No seré tú luna porque lo digas—grite enojada, me levante como pude y lo encaré—Eres de lo peor, arruinas lo que tocas, destrozaste mi vida, solo quería ser feliz

Se hecho a reír—¿Feliz? Feliz serás sólo conmigo, porque tú eres mía, el destino nos unió, me querrás aunque no quieras, si para que me quieras te tengo que hechizar, lo haré querida

Está loco, perdió la cordura...

Te odio—grite molesta—jamás te voy a amar.

Esa frase fue lo que terminó por enojarlo, se acercó rápidamente y me pego una cachetada.

Guardia—gruño molesto, el guardia ingreso con miedo—Llévatela, dale 8 latigazos a ver si aprende modales

El señor me saco a arrastras del lugar y me llevó al lugar del castigo.

Muchas personas eran castigadas, desde antes de ingresar podía oír sus gritos desgarradores, los llantos y suplicas de ellos, pero nadie hacía nada, los ignoraban.

El alfa quiere que le 8 latigazos a ella—dijo mientras me señalaba.

El chico asintió sin decir nada, me comenzó a dar latigazos.

primer latigazo.... Quería gritar pero me tragué el dolor

2do latigazo.... Quería llorar pero no valía la pena

3er latigazo... Ya no tenía ganas de nada

4arto latigazo... Ya no sentía nada

El dolor ya no era mi rival, ya no podía sentirlo.

El 5nto, 6to, 7mo y 8vo latigazo ya no dolían, la sangré sobre mí no me afectaba, el mirar a otros con heridas peores que las mías me hacía ver que otros tenían una vida peor que la mía y que a pesar de eso ellos intentaban salir adelante.

El guardia ingresó al lugar le susurro algo al joven y le dio algo, no pude ver qué era pero, entonces el chico se acercó a mí y me inyecto algo tan rápido que no alcance a tiempo a reaccionar.

Lo siento mucho...—susurro antes de que todo se volviera oscuro a mi alrededor.

Idally [#1]©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora