Jaeden Lieberher.

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Not too bad.

Siempre fui la típica chica que dejaba que hicieran de ella lo que querían, tenía el autoestima tan bajo que aceptaba que cualquier idiota que me gustara me tratase como quisiera con tal de poder decir que era mi novio y presumirle a las chicas que lo era para que vieran que era lo suficientemente buena para que alguien me tomara en serio aunque en realidad lo decía más para creérmelo yo que para ellas, siempre deseé ser alguien más, no importaba quien con tal de no ser yo, siempre deje que me pisotearan, que me humillaran y siempre estaba celosa de cualquier chica que según yo era mucho más hermosa, no tenía amigos, mi madre me amaba, lo sabía, sin embargo siempre estaba trabajando, solo tenía a mi perro, mi mejor amigo, estaba sola. Todo cambió cuando conocí a Raily, nuestra amistad comenzó por internet y sin querer terminamos estudiando juntas, ambas nos complementábamos, ella estaba justo como yo pero cuando estábamos con la otra no había nada que nos detuviera, era perfecto, cuando estaba con ella me sentía segura, creía en mi, nada podía lastimarme, ella siempre estaba ahí para mi pero un día un estupido motociclista ebrio me la quitó, es por eso que odio el alcohol, siempre daña a las personas. En mi segundo año ya nada era igual, estaba por mi cuenta totalmente y lo prefería así, le prometí que tendría las mejores notas y hasta ahora lo he cumplido, definitivamente ya no soy la chica ingenua de antes, ahora nadie se me acerca, no por ser "la rara", más bien porque me temen, he golpeado a unas cuantas falsas sin cerebro lo cual no le ayuda a mi reputación, si me lo preguntan, es mejor ser temido que temer.
Caminé hacia mi casillero sosteniendo en mi espalda mi chamarra de cuero negra y en mi hombro izquierdo mi mochila del mismo color, miraba directamente al frente y nadie se atrevía a mirarme, nunca lo hacían, mi celular vibró y lo tomé, la idea de que fuera Raily cruzó por mi mente pero la descarté al instante, era mi madre avisando que no llegaría a cenar, que raro, nótese el sarcasmo, mientras contestaba un "Okay" sentí el cuerpo de alguien chocar contra el mío y un segundo después yo estaba en el suelo, di un largo y profundo respiro intentando contener mi ira, es cierto que tengo un pésimo carácter pero tan poco soy tan mala, miré hacia arriba encontrándome con unos ojos verdes alucinantes, el chico me miraba con los ojos abiertos y todos en el pasillo se habían quedado en silencio y miraban atentos la escena.

—P-perdón, no miré por donde iba, de verdad lo siento.— reí por lo rápido que habló y negué con la cabeza, parecía que en cualquier momento se orinaría en los pantalones.

–¿Vas a ayudarme o te quedarás ahí parado?— pareció reaccionar y me extendió su mano, la tomé y logré ponerme de pie, los que asumí eran sus amigos veían lo que pasaba con un gesto de entre burla y miedo —la próxima vez ten más cuidado.— le di una corta sonrisa, miré a todos a nuestro alrededor —¿que están mirando? Esto no es el cine, ¡largo de aquí!— de inmediato todos comenzaron a caminar rápidamente, hasta los chicos que venían con señor ojos verdes —ah, ah, ustedes no— señale a los cinco chicos y me acerqué a ellos, ni se movieron —¿que clase de amigos son que dejan a...— miré a ojos verdes —como sea que se llame solo? Pude haber pateado su trasero y ustedes solo se van, en mi pueblo eso se llama traición.— me crucé de brazos y alcé una ceja.

—Oye, amamos a Jaeden pero no queremos morir.— dijo el más bajito de todos y solté una risita.

—Son unos pésimos amigos.—

—En mi defensa— habló uno de los chicos con cabello rizado —si le hubieras pateado el trasero lo hubiera llevado a la enfermería.— todos los miraron como diciendo "cállate, imbecil".

—No lo escuches— Jaeden rodó los ojos — de verdad, lo siento.—

—Está bien, no pasa nada— toqué su hombro para tratar de tranquilizarlo y dio un pequeño brinco —tranquilo, Jae, no soy tan mala como parezco.– sonreí de lado pero mi pecho dolió, Raily detestaría que todos me vieran así.

One shots. | allDonde viven las historias. Descúbrelo ahora