Justin Bieber.

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Especial de Halloween.

When your time comes.

Hoy es miércoles primero de noviembre. Aquel día también era miércoles. He puesto tus flores favoritas, ¿recuerdas aquella vez que mencionaste que amabas los Jelly Beans? Jamás te lo dije pero también son mis favoritos, compré un par de bolsas junto a tus papas favoritas, me encantaba ver tus mejillas sonrojadas cuando te decía que eran asquerosas y tú te enfadabas pero terminabas riendo a mi lado. De hecho hay muchas cosas que no te dije como que me encantaba verte dormir, o que cuando salías de bañarte tu cabello mojado té hacia lucir mas joven, o que tu sonrisa alegraba cada día de mi vida. Hay también jugo de naranja, se que te encantaba, lo único es que es de caja, el natural se hecha a perder después de un tiempo, espero no te importe, también compré pan de muerto, aún recuerdo la primera vez que lo probaste, te gustó tanto que comiste cinco, después de eso venías cada año solo para comerlo, también hay leche por si se te antoja y un poco de chocolate en polvo por si quieres ponerle, preparé enchiladas y hay pan por si quieres acompañarlas y por último hice algo con lo que se te morirás, bueno, por decirlo así, preparé pastel de chocolate, todo está sobre la mesa, hay platos para los dos y suficiente comida para una semana aunque se bien que no nos durará ni dos horas, cada año es así. Llevo puesto mi mejor vestido, uno rojo de terciopelo, mi cabello está recogido en un chongo alto. Me siento una mujer de los ochentas así vestida. Estoy esperándote en la mesa, faltan tres minutos para las doce, tres minutos para verte por fin después de tanto tiempo, cada segundo qué pasa mis nervios aumentan, este es el cuarto año que pasaremos juntos cenando en este día, cuando faltan diez segundos cierro mis ojos, cuento hasta veinte y dudo en abrirlos, por mi mente pasa la idea de que no estés, de que cuando abra los ojos tu no estés, ¿estoy realmente preparada para cuando eso pase? Para cuando no vuelvas, aprieto mis puños y reúno todas mis fuerzas, abro los ojos y te veo, estas viéndome y tienes una hermosa sonrisa en tu rostro, como cada año tienes puesto tu traje negro pero a diferencia de los años anteriores tu cabello está hacia los lados, sonrío inmediatamente y mi corazón parece detenerse un momento.

—Por un segundo creí que no vendrías.—

—Yo siempre vengo.— negué con la cabeza aún sonriendo.

—¿Te sirvo?— asentiste lentamente. Me paré de mi asiento y te serví una buena cantidad de enchiladas con crema, las puse frente a ti y serví jugo en tu vaso, volví a servir enchiladas esta vez para mi y tomé asiento.

—Veo que compraste mis papas favoritas, pensé que no te gustaban.— tomaste un trozo de enchilada y lo llevaste a tu boca.

—No me gustan, pero se que a ti si.— me encogí de hombros y comiencé a comer.

—Me encanta este día al año ¿Sabes? En mi hogar a veces me siento un poco solo, es bueno que me dejen venir a verte al menos una vez al año.— sonríes.

—¿Crees que algún día pueda verlo? Es decir, a... Ya sabes.— tragaste saliva y te pusiste serio.

—No lo se— te limitaste a decir. Sentí un nudo en la garganta y miré mi plato ya casi vacío —no te preocupes, lo estoy cuidando bien.—

—Lo se, solo... Me gustaría poder conocerlo.—

—Si lo harás pero el es muy estricto respecto al tiempo, cuando sea tu tiempo entonces lo verás, solo ten paciencia.— sonreí de lado.

Cuando ambos terminamos de comer tomamos las frituras y nos sentamos en el sillón, eligiste una película y ambos la vimos. Por primera vez en todos estos años sentí que tu piel estaba cálida, te abracé tan fuerte como si mi vida dependiera de ello. Tu recargaste tu cabeza en la mía. Me sentí tan en paz en ese momento, me sentí feliz, verdaderamente feliz, te miré y no pude evitar sonreír al verte con el ceño fruncido atento a lo que pasaba en la televisión mientras comías tus papas. Te amo tanto, de verdad muchísimo, no quería que esa noche terminara, no quería te fueras, Justin. Todo el año el único día que esperaba era ese. Desearía no haberlo arruinado, desearía poder tenerte aquí todo el tiempo como antes, amanecer junto a ti, escuchar tu voz por las noches, comer juntos, ¿Porqué tuve que arruinarlo todo?

—Hey— paraste la película —deja de pensar en eso, esta noche es para disfrutar, es la única vez que podemos estar juntos.— me miraste.

—Lo siento, no puedo evitar pensar en... Si no fuera por mi tu podrías estar aquí todos los días, no solo una vez al año, podríamos estar juntos y... Y Austin tendría una madre.—

—Austin tiene una madre, deja de culparte.— tu mirada se enterneció.

—Pero fue mi culpa, Justin, si yo no hubiera sido tan necia y no te hubiera obligado a ir con mis padres cuando tú me decías que era peligroso por la tormenta tú estarías aquí al igual que Austin, si tan solo te hubiera escuchado.— las lágrimas caían sin para por mis mejillas, sentí tus manos sobre mi rostro y con tus pulgares limpió las lágrimas.

—No hay forma de que pudieras saberlo, no es tu culpa, no es culpa de nadie, por favor no te hagas esto.— te miré a los ojos.

—Entonces... ¿no crees que sea mi culpa?–

—Pero claro que no, jamás lo he pensado, solo pasó lo que debía pasar, mi amor.— cerré los ojos con fuerza y te abracé hundiendo mi cabeza en tu pecho.

—Te amo, te amo muchísimo, perdóname.— colocaste una de tus manos al rededor de mi cintura y la otra en mi nuca.

—No hay nada que perdonar, te amo con toda mi alma.— en ese momento por fin me sentí en paz después de todo este tiempo, me sentí llena —eso era.— me separé un poco de ti y te miré.

—¿Era que?— fruncí el ceño.

—Era lo que el esperaba, que clamaras tu corazón, que aclaráramos las cosas, nuestra... Despedida.— mi corazón comenzó a latir rápidamente.

—¿Despedida?— tragué saliva.

—Sabíamos que iba a pasar.— las lágrimas comenzaron a acumularse en mis ojos mientras asentía, soltaste un gran suspiro. —no llores, mi amor, este día es para disfrutar ¿cierto?— sonreí levemente, comenzaste a hacerme cosquillas lo que terminó en un romántico beso de película. L que resta del día la pasamos entre risas y besos viendo películas y platicando de todo y nada, cuando cayó la noche y dieron las diez ambos nos fuimos a acostar, estabamos realmente cansados.

—Buenas noches, Justin, quiero que sepas que fue el mejor día de mi vida.— sonreíste ampliamente.

—Buenas noches.— tomé tu mano por debajo de las sábanas.

—Te amo.—

—Te amo.— sonreí, apagaste la luz y ambos nos abrazamos bajo el calor de las sabanas. Dormí por primera vez en cuatro años, al despertar ya no estabas ahí, en tu lugar había una rosa y debajo de ella una nota, te amo para siempre, sostuve la nota contra mi pecho, sabia lo que significaba. Jamas volví a verte después de esa noche, los siguientes primeros de noviembre no volviste a venir. El primer año que no llegaste la cena fue el más duro de todos, el recuerdo de lo que había pasado ese día se repetía en mi cabeza una y otra vez. Yo discutiendo contigo, Austin llorando en su cuna, yo tomando a Austin y yendo hacia el auto, tú azotando la puerta, el auto resbalando sobre el hielo de la carretera. Después solo imágenes vagas, el carro de cabeza, tú a mi lado con los ojos cerrados y Austin en completo silencio. Luego la noticia "lo lamento, tu hijo y tu esposo no lo han logrado". Todos estos años me había culpado a mi, pensaba que estabas enfadado conmigo. Me di cuenta que no, que era cierto lo que habías dicho, no fue mi culpa. Me amas. Después de esa noche en donde vuelven los muertos no volví a verte o escucharte pero algo me dice que algún día, cuando llegue el momento, te veré otra vez y junto a Austin mi vida estará completa de nuevo. Los volveré a ver cuando llegue mi tiempo.

Perdón por este capítulo, se que no está tan bueno pero quería actualizar y pues aquí está, no olviden que acepto peticiones de personajes y sugerencias de historias así que si quieren déjenmelo en los comentarios, los quiero, ¡Feliz Día de muertos!

                                                      1º/11/17

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