XXIX

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Simón POV

Ámbar empezó a conducir pero yo temía que nos toparamos con un policía ya que ella es menor de edad, o quizá ya tiene su permiso.
S.- mi amor ¿A donde vamos?

A.- por favor ten paciencia, ya casi llegamos.

S.- ok, por cierto gracias por la ropa, está muy padre.

A.- sabía que te gustaría. Listo.

S.- ¿Es aquí?

A.- claro, ahora entremos.

Ambos bajamos y lo enfrenta había un gran edificio de lujo, un chico apareció llevándose el auto y ambos entramos. Era un hotel y la recepción era increíble, varios botones y recepcionista.
A.- vine por la reservación.

-- claro, señorita Smith, aquí está su tarjeta, le recomiendo pasar a una fiesta que está en la terraza.

A.- gracias ¿Puede tener todo listo en 20 minutos?

-- así será, todo lo que ordeno.

Ella asintió y le dio un sobre al gerente, tomó mi mano y pasamos al ascensor.
S.- Ámbar ¿A donde vamos?

A.- a la fiesta.

S.- pero... ¿Por que todo esto?

A.- por nosotros, un momento para nosotros solos.

Me beso y le correspondí hasta que llegamos a la terraza, habían varias luces y adornos de Navidad, mucha música y varias personas bailando pero con traje de gala.
A.- vamos mi amor.

S.- Ámbar.. es que yo... no se bailar.

A.- pero si tu mamá me dijo que sabías muy bien.

Sólo baje la cabeza y metí mis manos en mis bolsas.
S.- Ámbar…

A.- ¿Pasa algo? Decime si te incomoda.. o si no te gusta.

S.- no no es eso, me gusta todo esto pero... no crees que… ellos bailando así.. y nosotros así?

A.- ¿Hablas de la ropa? No hay problema si no quieres bailar pero la ropa es lo de menos.

S.- ¿Segura?

A.- completamente ¿Aún quieres bailar?

Estuve pensando unos segundos hasta que respondí.
S.- mejor en otro momento ¿No quieres hacer otra cosa? Es que me incomoda bailar en público.

A.- claro, lo que vos quieras.

Empezamos a caminar entre la pista hasta llegar al final de ella y había un pequeño bar.
S.- Ámbar acaso..

A.- dos, ligeros por favor.

Rápidamente el chico empezó a preparar los tragos y ya estaban enfrente de nosotros.
S.- Ámbar yo nunca he bebido.

A.- no te preocupes, es algo fácil y no son tan fuertes.

Ámbar empezó a beber así que hice lo mismo y si que tenía razón, no se sentía tanto el alcohol, era más fuerte el vino.
S.- otro por favor.

A.- y el último.

S.- ¿Pero por que?

A.- sólo dos, si bebes más el licor se hará más fuerte.

S.- está bien, pero tú igual.

Tomamos los últimos tragos y después Ámbar ordeno un café y seguimos en la fiesta, tenían muy buenos aperitivos.
A.- están muy buenos.

S.- Haber ¿Que tan buenos?

A.- no más que los tuyos ¡He!

S.- eso es lo que quería escuchar.

Amor Prohibido | SIMBARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora