XL «Final»

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Simón POV

Cada día era un infierno, los que por si eran compañeros molestaban a quien sea, no podía dormir pensando en que pasaría con mi bebé y Ámbar; la necesitaba más que nunca, poder sentir sus labios y el tacto con su piel, era algo que me atormentaba a diario, sólo esperaba que ella estuviera a salvo.

- Álvarez, ya despierta y vístete -dijo un guardia haciendo ruido entre los barrotes que me tenían preso.

Hice caso a lo que me dijo lo más rápido que pude, aunque tenía demasiado sueño tenía que apurarme, o estaría en problemas.
- ya ven que no tengo todo el día- el me tomo del brazo y me saco de ahí, no era para nada agradable pero tenía que hacerlo; seguramente me llevaban ante un juez para que dictará mi sentencia, pero normalmente primero me llevan ante un abogado para que me ayude, o quizá no tenía derecho a uno.

El policía me hizo entrar a una sala y no sabía para que era, pero ignore todo cuando la vi entrar; Ámbar, estaba llorando y se acerco corriendo a mi, yo hice lo mismo y la rodee abrazandola, era totalmente extraño que no me hayan esposado ni puesto orden al momento de nuestro encuentro pero eso era lo de menos.
S.- mi amor, mi amor, estas bien que tienes, que paso?

A.- tranquilo tranquilo, no me pasó nada pero a ti... -acarició mi mejilla la cual estaba algo roja por una pelea reciente.

S.- no es nada, eso sanara con el tiempo.

A.- te prometo que ahora todo cambiará.

Sentí sus labios unirse con los míos y la sensación era increíble, correspondi a ella y no me pude contener a acariciar su vientre durante el beso, a acariciar a nuestro bebé.
S.- pero... mi amor que... -voltee a ver los policías algo confundido- por que ustedes.

A.- mi amor... ya eres libre, está libre de culpa. -me dio un pequeño beso y yo estaba atónito por la noticia- todo término, pronto seremos felices los tres juntos.

No pude contener mi emoción así que la cargue y le di vueltas para luego besarla, y al parecer los policías estaban incomodos por la situación ya que uno de ellos tocio para interrumpir tan bello momento.

-disculpen pasen por aquí para que hablen más tranquilos -el policía señalo la puerta y ambos salimos de esa horrible sala, tenía malos recuerdos en ella.

Pasamos a la otra sala y sí que era más fácil platicar ahí, sin la mirada de los policías.
S.- mi amor, aun no entiendo nada de lo que pasa pero aun así estoy muy feliz.

A.- todo se aclaró, te inculparon así que pronto iremos a casa.
S.- ¿Pero cómo fue? ¿Quién…

A.- Fue mi papá.

Apenas ella hablo empezó a llorar, yo tampoco podía creer lo que me había dicho, si yo estaba impactado no podía imaginar cómo estaba ella.
S.- mi amor - toque su mejilla y le limpie su rostro húmedo para luego darle un suave beso- enserio lo lamento, no creí que el fuera a hacer eso.

Ella se limpió las últimas lágrimas y luego forzó una sonrisa
A.- yo tampoco, pero creo que es mejor hablar de eso en otro momento, primero tienes que salir de aquí.

Yo asentí y le di un beso para ir a recoger mis cosas de la celda en la que estaba. Aun me costaba procesar todo lo que pasaba con el que era mi suegro, como pudo haber hecho eso, a mí, a su hija.

Termine de empacar lo más rápido que pude, por fin podría estar con la chica que amaba y nuestro bebe, su embarazo, y entender por qué Kevin había hecho eso, al salir me encontré con Ámbar nuevamente, aún mantenía esa sonrisa y la admiraba por ser tan fuerte en todo momento, junto a ella estaba Raquel y mi papá.
Corrí a abrazarlo, estaba muy feliz por volver a verlo, junto a ese abrazo jale a Ámbar junto con Raquel, todos eran muy importantes para mí y ese era mi mejor momento.

Amor Prohibido | SIMBARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora