XXVII

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Ámbar POV

La cena con la familia de Simón había sido perfecta, daría lo que sea por tener una noche así con mi familia.
S.- Ámbar... ya despierta.

A.- pero por que tan temprano.

S.- ya tienes que desayunar. Y te traje ma comida a la cama.

A.- gracias mi amor. -note que se sonrojo un poco y soltó una risa nerviosa- pasa algo?

S.- es que me gusta que me digas así.

A.- mi amor?

S.- me encanta oírlo de tus labios.

A.- sólo eso?

S.- también me encanta sentirlos -se acercó a mi y rozó sus labios con los míos- ya desayuna que se se enfría la comida.

A.- pero... -el se levantó y parecía irse-

Escuche una risa y seguido el se volteó, estaba riendo a carcajadas y yo estaba boquiabierta.
S.- ya cierra la boca que hay moscas.

A.- sabes que por eso es que aveces me desesperas.

S.- pero yo se como quitarte la desesperación.

Se acercó a mi a tal punto de que nuestros labios queden a escasos milímetros. Me tomó de la mejilla y me beso, puso sus manos en mi cintura mientras mis manos llegaban a su cuello, le mordi el labio y abrió la boca; nuestras lenguas se hacían una en cada movimiento, mis manos pasaron a su nuca y a jugar con su pelo.
Nos fuimos separando entre besos hasta que sólo rozamos nuestras narices.
A.- definitivamente eso me cambia el humor.

S.- eso lo sabía, pero ya termina tu comida que vamos a salir.

A.- hoy?

S.- si, tu mamá me dio el día libre hasta el almuerzo.

A.- pues hay que disfrutar este día.

S.- te espero haya abajo, apurate he.

A.- ya, ni que tardará tanto para vestirme.

Él sólo alzó una ceja y río para después salir de mi habitación; Simón siempre sabía que cocinar y conmigo era muy detallista, me daba el desayuno que siempre me gustaba.
Terminé y me vestí, unos jeans con una blusa algo suelta. Tome mi bolso y baje a buscar a Simón.
A.- ya Simón, vamonos.

S.- Ámbar...

A.- ¿Pasa algo?

S.- es que siempre encuentras la forma para verte más bonita.

A.- vos tampoco estas mal, es más, estas muy guapo. -vi que se sonrojo, se mira tan tierno así-

S.- vamos que se hace tarde.

Me tomó de la mano y salimos, veía la felicidad en su mirada y yo debía estar igual, nunca imaginé amarlo tanto.
A.- y a donde vamos Simón?

S.- te va gustar.

A.- pero está muy lejos, que ya me cansé.

S.- pues si está muy lejos, pido un taxi.

Asentí emocionada y lo abrace, fuimos a tomar un taxi y Simón le dijo algo al oído.
A.- a donde vamos Simón?

S.- ¿Otra vez la misma pregunta?

A.- ya está bien, a que lugar iremos?

S.- por favor espera. Te gustará sólo eso te digo.

A.- bien confío en ti.

El taxi siguió su camino hasta parar en algo que parecía una feria. Bajamos y yo seguía sin entender nada.
S.- gracias por todo.

Amor Prohibido | SIMBARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora