XXXII

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Ámbar POV

Desperté con unos suaves besos en mi mejilla yendo hacia mi cuello, sonreí y busque los besos para corresponder.
S.- buenos días amor.

A.- buenos días, ¿Por que aún no has ido a hacer el desayuno?

S.- son las seis de la mañana, todos están dormidos.

A.- ¿Y por que me despertaste?

S.- quería ver tus hermosos ojos, oír tu dulce voz, sentir tu presencia y tus caricias.

Empezó a besar mi cuello y me tomo de la cintura, yo sólo suspiraba al sentir sus caricias.
A.- Simón, a..aqui no.

S.- lo se amor, pero déjame seguir.

Cerré los ojos y sentí de nuevo sus besos en cuello, pero sentí una de sus manos pasar a mi espalda, no le tome importancia y busque sus labios y nos hundimos en un suave beso; su mano fue bajando ha mi espalda baja hasta que llegó a mi trasero, me separe de él y lo miré a los ojos algo sorprendida.

Nadie hacia nada y su mirada reflejaba inocencia pero al mismo tiempo era pícara.
S.- ¿Pasa algo?

A.- ¿Y todavía lo preguntas?

S.- es que pues...

A.- pues nada, ¿No te conformaste con lo de anoche?

S.- ¿Me creerias si te digo que no?

Sólo reí y lo besé, sus manos estaban en mi cintura y yo totalmente sobre el, nuestros labios llevaban un suave compás hasta que sentí su lengua junto a la mía; mi mano pasó de su pecho hasta su torso, sentí su tensión así que baje un poco más y llegué a su entrepierna.
El dejó mis labios para ir a mi cuello, sentí una presión en mi mano y su agitada respiración, rápidamente su erección se hizo notar y me separe para levantarme y cubrirme con la sabana.
S.- ¿Pasó algo mi amor?

A.- si es... que ya tengo hambre y es muy tarde, y ya levanta ese trasero y preparame el desayuno ¿Si?

Simón sonrió y se levantó para besar mi hombro, temía que siguiera con esto ya que no podría parar, además también lo quería volver a hacer.
S.- esta bien amor, te haré un desayuno muy especial.

Simón empezó a vestirse y después salió, sólo suspire y me tire a la cama aún con la sabana.
-- Te amo Simón
Dije en mi mente y me empecé a vestir, cuando salí me encontré a mi papá a punto de tocar la puerta y sentí un poco de miedo.
A.- ¿Pasa algo papá?

K.- eso pregunto yo, hace 10 minutos que te estamos esperando para desayunar.

A.- perdón que me quedé dormida.

K.- bien, vamos mi niña.

Mi papá me abrazo y caminamos hasta el comedor, no comprendía su actitud, hacía ya varios años que no me trataba así pero se sentía muy bien.

Llegamos al comedor y Diana me sirvió el mío, para mi sorpresa ahí estaba Nico de un lado de la mesa y mi mamá del otro; me senté al lado de Nico y papá enfrente de todos.
A.- que sorpresa Nico.

N.- ¿Y aún lo decís? Si vos me invitaste.

A.- a si, perdón lo había olvidado.

R.- siempre olvidas algo, pero no te ofendas Nico, ya conoces a Ámbar.

Tomamos asiento y vi a mi papá algo nervioso y molesto a la vez, el desayuno estaba muy bueno, pero no vi que el mío era distinto al resto, todos tenían unos hot cakes con algo que parecía unas líneas de glaseado y un tocino, pero el mío parecía una quesadilla, dentro tenía algunas verduras y al lado unos frutos.
Sonreí recordando las palabras de Simón, y lo había cumplido.
N.- es injusto, yo quería fruta.

Amor Prohibido | SIMBARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora