XXXIII

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Ámbar POV

Una tarde en la casa de Simón venía bien, tuve que poner una excusa a mi papá para que me dejara salir, ha estado muy estricto últimamente pero eso no me impedía ver a Simón.
C.- y bien Ámbar, como vas ahora en principio de año.

A.- todo de maravilla señor.

C.- por favor Ámbar, sólo Carlos.

A.- está bien, Carlos.

I.- lo mismo para mi Ámbar, pero dinos como vas en la escuela.

A.- ya casi empieza el nuevo ciclo, aburrido como siempre, pero ahora que está Simón todo es perfecto.

Tome el brazo de Simón y lo abracé, era un calor que no quería dejar de sentir.
C.- tortolitos, Simón como que ya huele a quemado ¿No?

S.- pero que dices si... ¡Las galletas!

Se levantó de golpe yendo a la cocina mientras nosotros estallabamos en risa, esa actitud y carisma eran lo que me tenían tan enamorada.
C.- Ámbar y tus papás ya saben que... tú y Simón...

A.- no se preocupe Carlos, mi mamá ya lo sabe y aunque mi papá sea un cabeza dura me comprenderá cuando lo sepa.

I.- y ¿Por que aún no lo sabe?

A.- es que el se pondría furioso, se lo diremos pero cuando veamos que no tiene la oportunidad de querer matarnos.

I.- con que un padre celoso...

S.- ¡Listo! No están quemadas, sólo que están muy doradas.

Alargó la u y sonreí ante eso, dejó las galletas en la mesa y si estaban buenas, casi quemadas pero muy ricas.
C.- amor, tu decías que el papá de Ámbar tiene una actitud celosa, de que nuestro hijo le quite a su niña, pero tú como madre también tenías sus celos.

I.- de que hablas, si yo...

C.- no lo niegues, cada noche me decías lo enamorado que se veía Simón, que ya tenía novia, que ella se lo iba a llevar lejos y no lo ibas a volver a ver, eso y muchas otras cosas más.

I.- es que es MI pequeño.

S.- mamá por favor.

C.- si ya para amor, que no ves que nuestro Simón ya es todo un hombre -movió sus cejas de arriba a abajo y Simón se puso rojo, yo estaba que cambiaba de colores, Isabel le dio un zape y si que se escuchó muy fuerte- además ya tenemos a Gori, el si es obediente.

S.- algún día mataré a ese gato que me reemplazó

Susurro en mi oído y ambos reímos pero Isabel se nos quedó viendo atenta.
I.- ¿Que dijiste Simón?

S.- que... tengo que ir por un vaso... de jugo, ya vuelvo.

Simón se escondio en la cocina, no sin antes hacer una señal de muerte en su cuello. Siempre que venía era algo genial.

Simón se asomó por la puerta y me dijo que fuera a la cocina, eso hice y cuando entre sentí sus labios con los míos, era un beso suave que poco a poco iba subiendo pero la falta de aire se hizo presente.
S.- extrañaba tus labios mi amor.

Me tomo de las mejillas y me dio un pequeño para después sonreirme.
A.- amor, yo también te extrañaba, pero ¿Por que no antes?

S.- es que quería hacer esto.

Me volvió a besar y rápido sentí su lengua, era una suave danza que era sensacional. Sus labios pasaron a mi mentón besandolo, fue bajando un poco hasta llegar a mi cuello.
A.- Simón por favor.

Amor Prohibido | SIMBARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora