—¿De dónde has sacado esto?—su semblante cambia por completo.
—Alguien lo dejó en mi taquilla
—¿Alguien te deja notas sobre mi?
Más bien es un recorte de periódico pero sí, dicho así, suena muy raro.
—La explicación corta es que acabas de joder un momento romántico. Y la larga es que, a demás, me has cabreado.
Gabriel White solo necesita dar un par de brazadas para salir del lago. A pesar de su ropa mojada y de la brisa helada, el tipo camina hacia el coche a una velocidad de vértigo. Yo trato de alcanzarle. Sin embargo, a mi la ropa mojada me dificulta el movimiento y la brisa helada me hace temblar. Desde atrás grito varias veces su nombre pero Gabriel ni siquiera hace ademán de volver la vista. Su actitud me confunde. Soy yo la que debería estar enfadada ¿no?
Cuando a lo lejos veo el coche, donde podré sentarme y encender la calefacción, mis labios forman una sonrisa. Gabriel ya está en el asiento del conductor y yo abro la puerta para sentarme en el mío. Pero la puerta no se abre. Lo intento de nuevo. La puerta está cerrada. Golpeo la ventanilla y el vidrio se baja.
—No querrás ir en el mismo coche que el tío que da palizas, ¿verdad?—dice Gabriel al tiempo que me lanza mi bolso. No entiendo de que va esto pero no me gusta.
—Abre la puerta.
White parece darse cuenta del temblor de mis labios y me lanza una manta. ¿Esto es una cámara oculta?
—La necesitarás hasta que llegue el taxi.
—Gabriel, ¿estás consumiendo alucinógenos?—–su carcajada me descoloca. Mi pregunta no era ninguna broma. De hecho, es la única explicación "lógica" que le encuentro a esto—No tiene gracia, no deberías conducir drogado.
—No, no tiene gracia—dice él mientras yo vuelvo a intentar abrir la puerta—Por cierto, si te aburres esperando podrías leer la noticia. Así sabrías que Ian mintió y que el juez me declaró inocente.
La ventanilla sube poco a poco hasta ocultar a Gabriel. Si pretende dejarme aquí es que está loco de verdad. Y, al parecer, lo está. El coche se aleja y mis pupilas lo siguen hasta que desaparece de mi campo de visión.
Hace frío, estoy sola, cabreada y de mal humor. Me enfundo en la manta mientras mi mente ordena alfabéticamente todos los insultos que se me ocurren para Gabriel. Borde, cabrón, capullo, estúpido, idiota, imbécil, insensato, lerdo, memo, tarado, tonto. Y vuelta a empezar. No se que explicación va a darle a mi padre cuando llegue a casa pero espero que el Coronel Brown le haga hacer muchas flexiones o le obligue correr toda la noche.
Gabriel White me ha dejado tirada por pedirle una explicación y, lo más irónico, es que aún no me ha aclarado nada¿Pero quién se cree que es este tío?
Mi móvil no tiene mucha batería así que, lo primero que hago es pedir un taxi. Quiero irme de ese lago y asesinar a White cuanto antes. Cuando el taxi ya está en camino, busco la noticia en internet.
Juicio de Gabriel White, acusado de dar una paliza a Ian Benson.
El juicio ha durado casi dos horas. Gabriel White, el joven de dieciséis años, desde el primer momento ha insistido en su inocencia. A pesar de la declaración de Ian Benson, el actual novio de la madre del chico, y de la declaración de la propia madre, el juez ha declarado inocente a Gabriel por falta de pruebas.
Gabriel mantiene que es Ian quien, después de emborracharse, golpea a su madre y que ha sido él quien ha planeado el juicio. Para Gabriel, la declaración de su madre es falsa y ha sido motivada por las amenazas de Ian.Vaya. Al menos había conseguido una explicación. Una explicación que me había costado muy cara. ¿Tanto le costaba contarmelo? ¿O enfadarse conmigo dentro del coche?
Tengo tanto frío que siento que, para cuando llegue el taxi, ya seré un cubito de hielo. Mi mente ha evolucionado y ahora, a demás de pensar en insultos, planea diferentes formas de tortura. Puede que yo no haya elegido el mejor momento para mostrarle el recorte de periódico pero Gabriel tampoco es que se haya lúcido llevándose el coche.
Cuando subo al taxi, apoyo la cabeza en el cristal para ordenar mis ideas. Al menos se que Gabriel no perdera el control conmigo. Pero también se que es capaz de dejarme tirada.
Esta historia tiene dos moralejas. La primera es que tengo q de descubrir al autor del sobre rojo. Y la segunda es que esto no va a quedar así. Gabriel White, la guerra solo acaba de empezar.
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Hola a todos!!
Estamos a punto de llegar a 1K y aún no puedo creerlo! De verdad, gracias. Su apoyo es increíble.Espero que disfruten del capítulo!! Cuentame que piensas.
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Os quiero
L.
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Sentimientos en guerra
Teen FictionMe he esforzado. He entrenado durante años para convertirme en una chica fuerte. Me ha costado mucho construir la coraza que impide que accedan a mis sentimientos. Lo siento, Gabriel White, pero no vas a conseguirlo. No es tan fácil llegar hasta la...