Quince

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Gabriel

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Gabriel

Aunque tengo a una preciosa chica abrazada al torso, mi mente lleva ya tiempo pensando en otra. Hace casi dos horas que me fui del instituto y Ryan aún no ha llegado a casa.
Solo se me ocurren dos explicaciones razonables. La primera: que está en algún lugar compartiendo fluidos salivales con Caleb. O, la segunda, que me ha mentido y sigue sentada en aquel vestuario. Y, siendo sincero, no se cual de las dos opciones me disgusta menos. ¿Debería haberla traído yo a casa?

Mi cuerpo se sobresalta al escuchar el timbre pero, antes de que pueda reaccionar, Harley ya se ha levantado dispuesta a abrir.

—¡Ryan! ¡Qué sorpresa!—dice la pelirroja.

—¿Sorpresa? Vivo aquí.

Ryan entra en el salón y yo respiro con alivio. Está empapada y sus piernas vibran a causa del frío.
Su aspecto es... terrible. Y no me refiero, solo, a que está terriblemente sexy con la ropa pegada al cuerpo. Me refiero a su rostro: los ojos hinchados, esas ojeras, sus pupilas apagadas, el maquillaje corrido... Algo ha roto a la indestructible Ryan Brown y yo voy a descubrir que es.

—Gabriel y yo íbamos a salir—le explica Harley—Pero nos pilló la lluvia y decidimos ver unas pelis aquí.

Lo más irónico es que yo ni siquiera se cual es el titulo de la que estamos viendo.

—Genial—Ryan mira a la pelirroja, luego a mi y después de nuevo a la pelirroja. Se esfuerza en sonreír pero sus labios apenas consiguen formar una mueca.

—¿Por qué no terminas la película con nosotros?—los ojos de la castaña se abren incrédulos—A fin de cuentas, Gabriel y yo estamos juntos gracias a ti.

—¿Qué?—mi voz grave resuena en el salón.

Un simple movimiento de cuello me indica lo incómoda que se siente Ryan con la pregunta. Sin embargo, no puedo evitar cuestionar las palabras de Harley. Estoy realmente confundido.

—No te enfades con ella, cariño— la pelirroja me abraza— Pero Ryan fue quien me animó a acercarme a ti.

—¿En serio?

Creo que después de la explicación estoy todavía más confundido.

—Voy a ducharme—dice Ryan corriendo hacia las escaleras.

Cuando Harley y yo reanudamos la película, mi mente reflexiona sobre su propia historia.

Yo sabía que era difícil llegar hasta la verdadera Ryan y, cuando estaba apunto de saltar el muro, me di de bruces contra el suelo.

En esta semana, mientras yo estaba con Harley, Ryan ha añadido ladrillos a la pared que oculta a su verdadero yo. Supongo que esa era su estrategia. Hacerme pasar tiempo con otra chica para distanciarme de ella. Aunque no entiendo muy bien el rol de Caleb en esto, mi corazón desea que solo sea una pieza más en su jaque mate.

Sin embargo, Ryan siempre ha querido que la deje en paz, ¿Por qué tantos esfuerzos en alejarme de ella? ¿Por qué ahora?

No voy a quedarme ahí sin hablar con Ryan. No voy a dejar que Ryan se salga con la suya. No voy a dejar que mi propia película tenga un final de mierda.

—Voy al baño—miento. Me siento culpable al ver la sonrisa de la pelirroja pero, creo que, una pequeña mentira es mejor que un "Harley, voy a tratar de no perder a la chica que de verdad me gusta quien, por cierto, no eres tú".

Justo cuando estoy apunto de aporrear la puerta de su cuarto, escucho una voz.

—Deberías contárselo a Gabriel—el coronel Brown está dentro del cuarto, hablando de mi, con su hija.
¿Quién puede resistirse a escuchar una conversación así?

—¿Y eso de que no era una buena influencia?—le recuerda—No lo entiendes papá...

No. El coronel Brown no lo entiende y yo tampoco.

—Gabriel es tu único amigo. No deberías pasar por esto sola.

—White y yo no somos amigos— la dureza de sus palabras atraviesa la madera de la puerta. Y duele—Soy una chica fuerte, no necesito la compasión de nadie.

—Cielo, apoyarse en los demás no te hace menos fuerte...

—No necesito a Gabriel. No necesito a nadie

La seguridad de Ryan Brown sería envidiable, sino fuera porque es un mecanismo de defensa para ocultar su miedo.

—Cielo...

—¿Quieres contarle a White que tengo problemas de corazón? ¡Adelante, ve! Pero yo no pienso decirle nada.

¿Qué? No debo de haber escuchado bien... ¿Problemas de corazón? No. No puede ser...
De pronto, empiezo a sentir la rotación de la tierra. «Problemas de corazón» Tres palabras que se repiten una y otra vez en mi mente.

Al parecer, esto es lo que ha roto a la indestructible Ryan Brown.

—Ahora a Gabriel no le caigo muy bien y es mejor que siga así—escucho la voz de Ryan—No quiero hacerle daño.

Me entran nauseas y siento que en cualquier momento voy a desmayarme. Me apoyo en el pomo mientras trato de controlar mi respiración. Pero, entonces, la puerta se abre y dos pares de ojos se giran a mirarme.

***

Aquí tienen el capitulo!!

Este capítulo lo ha narrado Gabriel. ¿Qué les pareció eso? ¿Querrán algún otro narrado por él?

Muchas gracias por todo tu apoyo.

Sois increíbles.

Os adoro.

L.

Sentimientos en guerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora